A propósito del proyecto presentado por Camila Vallejo para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, es bueno recordar que en Chile, los trabajadores están dentro de los que tienen la jornada laboral más larga en todo el mundo, pero a su vez son los que tienen los sueldos más bajos. Para ejemplos están los profesores chilenos, los que más trabajan y menos ganan de la OCDE, todo lo contrario a nuestros «honorables» parlamentarios, los que menos trabajan y mayores sueldo reciben.
Jornada Laboral
Según un informe de la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica, Chile es el quinto país del mundo en el que sus ciudadanos invierten más horas en el trabajo. Según el estudio, que consigna datos del año 2015 y que considera tanto a los trabajadores fijos a tiempo completo como a los temporales y los contratados a tiempo parcial, los chilenos trabajan una media de 1.988 horas al año. Por su parte, son los países más desarrollados de Europa los que ocupan los lugares más bajos de la lista ascendente: Alemania (1.371), Países Bajos (1.419), Noruega (1.424) y Dinamarca (1.457 horas).
Sueldos Bajos
Chile tiene uno de los sueldos mínimos más bajos de toda la OCDE, el tercero más bajo en el 2014 y el segundo más bajo en el 2015. Sin ir más lejos, 14 países con el mismo PIB tienen el doble (y triple) sueldo mínimo que Chile. Y más encima, tenemos la mayor desigualdad salarial entre ricos y pobres. No por nada, en nuestro país, la mitad de los trabajadores gana menos de 350 mil pesos. ¿Los países desarrollados? Nuevamente encabezan los mayores sueldos mínimos de la OCDE.
En resumen
Que seamos el país con la mayor desigualdad social no es casualidad, y con tan pésima distribución de la riqueza, el crecimiento económico que nos venden como algo positivo, lo único que logra es aumentar aún más la desigualdad. Explicado de otra forma: Una minoría es cada vez más rica mientras que la clase trabajadora es cada vez más pobre. El llamado «modelo chileno», no es otra cosa que la pobreza estructural de la mayoría, que sólo sobrevive gracias a la alta capacidad de endeudamiento.