La historia es la siguiente: El intendente de Santiago Claudio Orrego, como buen fascista de la DC, sin motivo alguno ordenó la expulsión del país de un periodista italiano que estaba registrando manifestaciones sociales. (Lo chistoso es que después criticó a Cuba cuando no le permitió el ingreso a Mariana Aylwin). ¿Qué pasó después? La Corte Suprema falló a favor de un recurso de amparo presentado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en representación del realizador audiovisual italiano, Lorenzo Spairani.
Como señala el sitio del INDH, la sentencia del máximo tribunal establece el actuar arbitrario de la autoridad administrativa al no entregar fundamentos suficientes para proceder a expulsar al profesional, quien se encontraba realizando asesorías comunicacionales y realizaciones audiovisuales para sindicatos y otras organizaciones sociales. Así, el fallo establece que tanto el informe policial como la resolución emanada de la Intendencia, “carecen de una descripción fáctica de la conducta que se le atribuye al amparado, consistente en hechos positivos y objetivos concretos que permitan sustentar que su permanencia en el país sería contrario a los intereses de Chile o constituiría un peligro para el Estado”.
La resolución agrega que el acto administrativo de expulsión es “una mera afirmación de autoridad, sin respaldo y sin dar al afectado posibilidad alguna de ejercer sus defensas, lo que resulta inaceptable en cualquier actuación de la administración pública (…)”. Debido a lo anterior el máximo tribunal establece que “la resolución impugnada es ilegal y resulta, además, arbitraria de modo que con su pronunciamiento se ha conculcado la libertad personal del amparado”.
1) Como dice el dicho popular: No hay ni nunca habrá en DC bueno
2) No se puede confiar en fanáticos religiosos. Son los más fascistas de todos