En medio del debate por las falsas cifras de evasión que dicen que tiene el Transantiago, (la evasión real y comprobada no supera el 6%), sobre la cuales nuestros «honorables» parlamentarios presentaron un proyecto del ley para encarcelar y dejar sin trabajo a quienes no pague su pasaje, incluyendo el absurdo de meter presos a quienes usen el pase escolar de otra persona, vale la pena recordar que el Transantiago, a pesar de ser supuestamente un «transporte público» es un negocio con operadores privados. Es decir, su objetivo no es transportar personas sino que ganar dinero. Pare acentuar este punto, recordemos que en 10 años, el Estado le ha pasado la brutalidad de 6.000 millones de dólares en subsidio al Transantiago. Una nota de Radio ADN detalla:
El Estado de Chile ha desembolsado US$ 6.080 millones en el Transantiago desde que inició su funcionamiento en 2005. Del total del dinero, casi el 80% corresponde a los aportes para el funcionamiento mensual del sistema (US$ 4.963 millones). Por otro lado, en construcción de obras se han gastado US$ 682 millones. Además, existen ítems relacionados con la indemnización pagada a Subus, Alsacia y Express por el cambio de contratos en 2012 (US$ 70 millones), la instalación de cámaras de fiscalización (US$ 21 millones) y diversas campañas comunicacionales (US$ 14 millones). Cabe destacar que la cifra equivale a casi cuatro líneas de metro o dos planes de reconstrucción de más de 200 mil viviendas como el ejecutado tras el 27-F
1) ¿No sería mejor destinar esa obscenidad de dinero en tener un verdadero transporte público?
2) El transporte público no puede ser un negocio privado. Menos aún cuando los políticos quieren encarcelar a personas por 700 pesos sólo para cuidarles el bolsillo a los empresarios