Un informe elaborado por el Directorio del Transporte Público Metropolitano (DTPM) en el que se midieron 21 parámetros del estado de los buses, sólo una de las siete empresas concesionarias del Transantiago cumplió con los estándares de calidad exigidos para los buses. El mínimo exigido en los contratos es de un 85% de cumplimiento, pero el promedio de los operadores llega sólo a 71%, donde las ventanas y asientos en mal estado, puertas sin seguros, timbres que no suenan y falta de focos para la iluminación son algunas de las fallas más comunes.
Todo esto recordemos, a pesar del millonario subsidio que les otorga el Estado, que en los últimos 10 años alcanza los 6.000 millones de dólares. Boris Guerrero, presidente del principal sindicato de Subus (empresa que tiene el peor índice de calidad del estudio y que constantemente ha sido denunciada por explotación laboral), comentó que los resultados del informe se deben a que «las empresas sacan a la calle vehículos en pésimo estado, pero por cumplir con la operación, deben utilizarlos».
Pasajes carísimos, pésimo servicio, subsidio del Estado que va a parar a los bolsillos de los empresarios y cifras falsas de evasión para justificar encarcelar personas por no pagar… No existe peor estafa que el Transantiago