TEORÍA 1: AMABA CABECEAR BALAS
Cuenta la leyenda que Jaime Guzmán era un joven solitario y sin amigos, por lo que para llamar la atención en su barrio comenzó a cabecear piedras por deporte. Con el tiempo perfeccionó la técnica y aumentó la dificultad de manera exponencial pasando de piedras a rocas, luego de rocas a balones de gas, para terminar con una extraña habilidad para cabecear balas. Es así que practicaba todos los días con su amigo Pablo Longueira, juego que ellos llamaban «Cum Shoot». Sin embargo, lo que no tenían planeado es que un día practicando con Pinochet y el Mamo Contreras, a modo de broma le dispararon una bala de más alto al que estaba acostumbrado y simplemente murió al intentar cabecearla.
TEORÍA 2: COMIENDO UN CHORIPÁN CON LECHE CON PLÁTANO EN MAGALLANES
Algunas teorías señalan que nuestro amado Jaimito, falleció en un viaje secreto que realizó a Magallanes que tenía como objetivo planificar una invasión a Argentina. En este contexto, se le ocurrió degustar los particulares gustos gastronómicos de la región austral, sin pensar en que su delicado estómago no estaba preparado para tal inyección de proteínas y carbohidratos, muriendo por una grave intoxicación tras comer el tradicional choripán con leche con plátano de Magallanes. Por supuesto, esto no fue divulgado por la prensa de aquel entonces, ya que hacerlo significaba revelar el bélico motivo de su visita.
TEORÍA 3: MURIÓ DE AMOR
Jaime Guzmán pasó a la historia como un cerdo repugnante, un sádico infeliz sin alma, la basofia más asquerosa que ha pisado alguna vez el planeta tierra. Pero aún así tenía su coranzocito. Y es que en secreto, debido a sus propias contradicciones, amaba con pasión a locura a Pablo Longueira, con quien se mandaba eróticas y sexuales cartas de amor. Por lo que cuando se enteró de que Longueira se iba a casar con una mujer para «guardar las apariencias», no pudo soportar el dolor que aquello le provocó y decidió acabar con su miserable vida, y se suicidó apretándose en su micro-pene el cilicio que le entrega el Opus Dei a todos los miembros de su secta.