Cuando se habla de que no puede existir lucro en la educación, de esto es lo que se habla, que la educación sea un derecho. Porque cuando se considera como un negocio la educación pasa a segundo plano y el objetivo pasa a ser ganar dinero a cualquier costo. Como nueva prueba de esto, los sostenedores del Colegio Santa Teresa de Los Andes de San Bernardo, Luis Aránguiz y Juan Carlos Bahamondes, se arranacaron con toda la plata del colegio dejando a estudiantes y profesores botados, todo esto luego de perder la Subvención Escolar Preferencial (SEP) por mal rendición de cuentas. Una nota de El Desconcierto detalla esta dramática situación:
Los funcionarios del Colegio Santa Teresa de Los Andes de San Bernardo reciben donaciones de los apoderados para pagar el transporte, pues imparten sus clases sin recibir sueldos. La dirección, por su parte, ya se contactó con los colegios municipales de la misma comuna consultando por cantidad de vacantes y así preparar la reubicación de los aproximadamente 300 alumnos del establecimiento. Inicialmente, los problemas comenzaron cuando el sueldo de enero llegó fuera de fecha a los funcionarios. “El de enero llegó el 25 de febrero”, cuenta la directora del establecimiento, Claudia Vergara. Luego, ocurrió lo mismo en febrero, pero con el inconveniente adicional de que este último salario no incluía el bono de vacaciones. Algunos profesores comenzaron a enviar correos al sostenedor, Luis Aránguiz, pero éste contestó diciendo que no se preocuparan, que ya pronto les explicaba y les pagaba.
Al retomar las clases en marzo, Aránguiz explicó a los funcionarios que la Superintendencia les había quitado la Subvención Escolar Preferencial (SEP) por mal rendición de cuentas, pero que la entidad estaba equivocada. Dos meses antes, en enero, un artículo de La Tercera daba a conocer que, en una resolución del Mineduc, había más de 600 colegios que ya no recibirían la SEP. Esta subvención se entrega a establecimientos de alta vulnerabilidad para que cada alumno considerado prioritario estudie gratis. Al recibirla, los colegios elaboran un plan de mejoramiento y firman un convenio bajo ciertas obligaciones que, de no ser cumplidas, devienen en el retiro del beneficio. Entre las causas para retirarles la SEP está el no rendir los recursos o no cumplir las metas de los planes de mejoramiento, entre otras. Según dicho artículo, San Bernardo era una de las comunas con más escuelas afectadas. La directora del establecimiento aclara que el colegio en cuestión estaba en el listado. “Nosotros estábamos en esa lista, yo lo supe a mediados de febrero, pero el sostenedor no nos dijo si eso significaría el cierre del colegio o no”, explica.
Según cuenta la docente de música del colegio, Natalia Lamatta, a ella y sus colegas les pidieron que, igualmente, firmaran un documento donde confirmaban haber recibido el bono de vacaciones. La mencionada profesora se negó y no dejó de recibir llamados, mensajes y correos por casi una semana. El 8 de marzo Lamatta accedió a firmarlo, bajo la condición y compromiso firmado ante notario de que le pagarían todo lo adeudado. El establecimiento aceptó, “y en el sueldo de marzo, que se pagaba el 5 de abril, me pagaron todo”, dice la docente. Al desorden anterior, se sumó un hecho que marcó un punto de no retorno para los funcionarios del Colegio Santa Teresa de los Andes. Comenzaron a recibir cartas de sus respectivas isapres y AFP (algunas de ellas adjuntas al final de esta nota) por cotizaciones impagas de parte de su empleador. “Empezamos a revisar y, efectivamente, nuestras cotizaciones estaban declaradas, pero no estaban pagadas”, explica Natalia Lamatta. “Yo tengo cotizaciones pagadas y no declaradas, y otras ni siquiera declaradas. También me deben el bono SAE, el bono escolar, y el sueldo de abril”, dice la directora.
El asunto dejó de ser encarado por el sostenedor, pues éste en marzo presentó una licencia médica y dejó de asistir al colegio. Según cuentan la profesora de música y la directora, el encargado de finanzas, Juan Carlos Bahamondes, no pudo contener por más tiempo la situación y confesó que el colegio ya no tenía más dinero y que, con algo de suerte, alcanzaría para algunos sueldos. El viernes 5 de mayo recién pasado, apoderados que viven cerca del establecimiento vieron que sujetos desconocidos ingresaron de noche a las dependencias, quienes arrancaron cuando llegó la directora y otras personas. Notificaron a Carabineros y, minutos después, vieron que faltaban solo unos parlantes que usaban en eventos del colegio.
“Después, a las tres de la mañana, los apoderados nos vuelven a avisar que abrieron el colegio. Fueron de nuevo a ver qué pasaba, y alcanzaron a divisar personas que salían por la ventana de una sala”, cuenta Lamatta. Sobre esto último, agrega, no tienen certeza de qué artículos habrían robado, pero presumen que tiene relación con la crisis del establecimiento. Según explica la directora Claudia Vergara, el colegio recibe aproximadamente 10 millones por SEP, y las deudas de las que los funcionarios se han enterado son imposibles de cubrir con ese monto. “Por lo tanto, creemos que esto se arrastra de mucho antes, porque la subvención normal es de 22 millones, y con esos se debiera cubrir los gastos. Debe haber jugado con esas platas de alguna forma”, agrega. Al cerrar esta nota, ni Luis Aránguiz ni la representante legal, su hermana Marcela Aránguiz, han podido ser contactados para obtener su versión