Cuando se habla de la Dictadura Cívico-Militar liderada por Augusto Pinochet, no se habla sólo de las miles de personas asesinadas, torturadas y desaparecidas por pensar distinto, se habla también de la destrucción de un modelo económico y social diferente al que tenemos ahora que nos lo impusieron con sangre. En este contexto, «Synco», el revolucionario proyecto tecnológico de Salvador Allende, constituye uno de los mejores ejemplos de la visión de sociedad que tenía su Gobierno. Al respecto, un artículo de El Ciudadano detalla:
Podría estar en el museo de la historia de Internet, pero sólo queda una foto y algunos planos. Es el proyecto Synco, desarrollado por el gobierno de la Unidad Popular, primer prototipo de la historia universal de un cuadro de mando integral con participación de los trabajadores. Eden Medina, investigadora de la Universidad de Indiana, en su libro ‘Cybernetic Revolutionaries: Technology and Politics in Allende’s Chile’, vuelve sobre Synco para ver cómo la política influye en el cambio tecnológico.
Sólo queda una foto. Se trataba del proyecto más ambicioso que ha tenido Chile en tecnología: Synco (Sistema de Información y Control), tecnología que fue un intento temprano para usar los computadores no sólo para el procesamiento de los datos, sino que además para facilitar la comunicación rápida en un contexto nacional. Destruido por la bota militar hoy sólo queda una foto, algunos archivos y el recuerdo en algunos de sus protagonistas. Desarrollado en 1971 por el gobierno de la Unidad Popular, Synco tenía como objetivo coordinar toda la información de las empresas del Estado en tiempo real para una adecuada toma de decisiones. El proyecto incluía a los trabajadores en la toma de decisiones. Se buscaba así entregar la tecnología al pueblo.
Internet antes de Internet
Para implementar Synco se contó con el investigador británico, Stafford Beer, quien quería aplicar sus revolucionarias ideas en cibernética organizacional. La foto que queda es de una sala de operaciones vacía. Un salón futurista con 7 sillas giratorias con paneles de botones que controlaban varias pantallas en las que se podía proyectar la información. Al lado de los monitores había paneles con información del estado de operaciones y la conexión se realizaba a través de télex instalados en las industrias.
El software (Cyberstride) usó técnicas estadísticas para analizar el comportamiento de las empresas en el pasado y predecir su comportamiento en el futuro. Sibien Synco no estaba afinado en su totalidad, la red de télex, llamada Cybernet, demostró su utilidad en el paro de octubre de 1972, cuando los camioneros pagados por la CIA bloquearon las ciudades y el gobierno de Salvador Allende coordinó a través de los télex el transporte de alimentos a las ciudades.
Synco ha despertado la imaginación en Chile. Hace un par de años el escritor Jorge Baradit, publicó SYNCO, una ucronía (narración histórica alternativa) en el que el proyecto sobrevive junto al gobierno socialista; y los músicos Mika Martini y Rafael Cheuquelaf, editaron el disco ‘Synco Soundtrack: Hasta la Victoria Siempre’. Eden Medina, investigadora de la Universidad de Indiana vuelve sobre Synco para hacer una lectura desde el cruce entre tecnologías y política. Seducida por el aspecto futurista de Synco, la investigadora se interesó por el intento de hacer cambios estructurales en la sociedad que el proyecto implicaba.
«El proyecto tuvo cuatro componentes: había una red de télex, software especializados, un simulador económico y la sala de operaciones, que es más conocida como Synco. Lo que fue usado en el paro de octubre no fue el sistema entero, sólo la red de télex, que estaba lista. Fue un componente del proyecto que alcanzó a ser usado como forma de coordinación. La idea era que si el gobierno podía tener información en tiempo real. No lo logró completamente, pero se acercó. Con esto podía tener la capacidad de reaccionar de una forma mucho más dinámica. Es algo muy importante en una situación de crisis»
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«El paro de octubre de 1972 proporcionó un momento para probar estas ideas y desarrollarlas. Tuvo un efecto grande en el proyecto. Antes era una iniciativa muy marginal dentro de Corfo, poca gente sabía del proyecto, pero después del paro Fernando Flores asumió como Ministro de Economía. El cree que recibió este puesto en parte por su desempeño en Synco para el paro de octubre, ya que después de eso Corfo desarrolló un directorio de informática y comenzó a contratar más gente para ampliar esa área»
«Stafford Beer vio Chile cómo una oportunidad para desarrollar sus ideas, pero también él tenia simpatía con los objetivos del gobierno de Salvador Allende, aunque él no era marxista. Comenzó a pensar que las ideas cibernéticas no podían ser usadas solo para el área de producción, sino que también para la distribución de productos y para mejorar la comunicación entre el gobierno y el pueblo. Beer también desarrolló más sus ideas sobre cibernética»
«La silla es un buen ejemplo de cómo los valores afectan el diseño de una tecnología. Si imaginamos quien va a usar ese espacio, cómo esa imaginación respecto del usuario afecta el diseño de una silla. Por ejemplo, cada silla tenía una serie geométrica de los botones en el apoyabrazos que podría ser utilizado para cambiar la información mostrada en las pantallas de la sala. Este diseño dio a todos los ocupantes la igualdad de acceso a los datos y permitió una forma más democrática de participación. Beer también propuso que una interfaz de botones de gran tamaño hacía que la sala sea más accesible a los trabajadores y le impidió ser un espacio exclusivo para la élite. Sin embargo, Beer hizo los botones especialmente grandes para que los participantes los pudiesen golpear cuando quisieran hacer valer un punto. La sala estaba diseñada para facilitar una forma de comunicación que estaba más cerca de la agresión masculina que a la expresión de género-neutro o femenino»
«En términos físicos no queda mucho de Synco. La sala fue destruida por los militares y pocos documentos sobrevivieron. La sala de operaciones y el código computacional no están, pero la gente que se involucró en el proyecto hoy son personas con trayectorias exitosas. Stafford Beer intentó replicar el proyecto en Uruguay, un proyecto llamado Urucib, pero que no fue exitoso. También lo intentó en México y Venezuela. Pero esas ideas siguen con vida, inspirando a la gente. Por ejemplo, hace poco recibí un correo sobre un intento para aplicar las ideas del proyecto Synco en una red de radios en Nicaragua para ayudar a los granjeros»
«Históricamente la experiencia del proyecto Synco dice mucho sobre el esfuerzo de ocupar la tecnología para cambiar la sociedad, un intento de incrustar valores políticos en el diseño de un sistema y qué pasa con gente de verdad cuando trata de hacer eso. También nos dice mucho del rol de la geopolítica en el cambio tecnológico. No es que las mejoras tecnologías sobreviven, sino que algunas opciones tecnológicas no pueden sobrevivir a un contexto político. No se puede decir que Synco fue exitoso en su objetivo de manejar la economía en un tiempo real, pero hay que considerar que fue corto el tiempo (por circunstancias ajenas) que este proyecto tuvo para desarrollarse»