Chile es un experimento fracasado del capitalismo. Lo que nos hicieron en Dictadura, a golpe de los asesinatos y torturas de los militares «salvadores», fue imponernos los sueños húmedos de los denominados «Chicago Boys»: Reducir el Estado al mínimo para establecer una economía de «libre mercado» donde mandara el capital. 40 años después sólo se cumplieron dos cosas: Los amigos de la Dictadura se enriquecieron de manera obscena con las privatizaciones/desfalco que hicieron al Estado y se demostró el fraude del «libre mercado», ya que el monopolio económico se redujo a tan pocas manos que el 1% del país controla el 35% de la riqueza de Chile.
Servicios básicos privatizados
Servicios básicos como el agua, la electricidad y el transporte público, no pueden estar en manos de empresas privadas. Principalmente, porque son servicios estratégicos para el funcionamiento de un país. ¿Qué hicieron en Chile? A diferencia de todo el mundo, los privatizaron sin asco alguno. Para empeorar la situación, ni siquiera dan un servicio a la altura de las tarifas que cobran, (las más altas del mundo), y como hemos podido ver estos últimos años. Tanto el agua como la electricidad se están cortando de manera masiva cada vez con mayor frecuencia. Ni hablar del Transantiago, un pozo sin fondo donde el Estado subsidia las ganancias de las empresas privadas.
Esto va más allá de seguir mintiendo con que «las empresas privadas funcionan mejor que las públicas», es entender que los servicios básicos no funcionan bajo la perversa dinámica capitalista de «ganar dinero a cualquier costo». Por esto es que a Aguas Andinas le sale más barato pagar una multa que invertir, a Enel le da lo mismo dejar a medio Santiago sin electricidad con tal de no gastar en prevención y a los operadores del Transantiago les da lo mismo dar un buen servicio ya que reciben si o si el subsidio del Estado. Los servicios básicos tienen que ser renacionalizados a la brevedad, hay cosas que simplemente no pueden seguir siendo un negocio.