Expliquémoslo con manzanitas: La Democracia Representativa es un fraude. Los parlamentarios que elegimos para supuestamente «representarnos» no nos representan en nada, y la gran mayoría de las veces sólo legislan para defender los intereses de los empresarios que los sobornan y les financian las campañas. Más allá de esto, de vez en cuando se les pasa una ley que de verdad defiende los intereses de sus «representados» y la aprueban. En este caso, la Despenalización del Aborto bajo 3 causales. Una ley diminuta, que Chile ya tenía en el año 1931, pero que de todas formas representa un piso básico, que como señalan los expertos, constituye un estándar mínimo de respeto a los DD.HH de las mujeres.
Pero como la UDI, RN y toda la ultraderecha está en contra de cualquier avance que no sea para ellos, y como reconocidos antimujeres, presentaron un recurso al Tribunal Constitucional para que rechazaran la Despenalización del Aborto. El punto es que si fuésemos un país decente, esto no representaría ningún peligro ya que en otros países esta instancia también existe. El problema es que en Chile, el Tribunal Constitucional no está compuesto por expertos en derecho constitucional sino que son representantes de los partidos políticos. Por lo tanto, supeditar toda la «Democracia Republicana» a un tribunal claramente político, para que unos pocos decidan incluso por sobre el Congreso según le dictan los mismos partidos de siempre, representa el punto de inflexión que refleja a la perfección el fraude total de la Democracia en la que estamos. Si se rechaza la Despenalización del Aborto, es la mejor prueba que las elecciones y su voto valen una soberana mierda.