Marcela Aranda, más conocida como la vieja desquiciada del «Bus de la Libertad», en su exposición en el Tribunal Constitucional para oponerse a la despenalización del aborto bajo 3 causales, que volvemos a repetir, lo único que hace es reponer derechos adquiridos en 1931 y que la Dictadura quitó semanas antes de dejar el poder, de manera predecible considerando que estamos hablando de una fanática religiosa, no dio ningún argumento, y sólo se dedicó a hablar de dios, del diablo y de todos sus amigos imaginarios que la hacen ser una mierda de persona.
«Si me permiten una licencia, soy cristiana, y aquella nación a la que represento no cree en la verdad como un concepto, sino como una persona. La palabra de Dios dice: ‘Para esto apareció el hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo’ (…) Bajo estos principios de nuestra fe, y para que se cumpla toda justicia, quisiera traducir este eufemismo a la luz de la verdad: el proyecto debería llamarse ‘legalización del asesinato o infanticidio con alevosía y tortura prenatal de un niño en el vientre de su madre -en situación de vulnerabilidad- de manera libre»
1) Lo de los fanáticos religiosos no son y nunca serán argumentos, son opiniones. Y por lo mismo, es inaceptable y una vergüenza como país que estén exponiendo en el Tribunal Constitucional
2) Lo más absurdo de todo es que a nivel internacional, existe consenso absoluto que la despenalización del aborto en las tres causales NO vulnera el derecho a la vida y constituye un estándar mínimo de respeto a los derechos humanos