En unas declaraciones que uno esperaría de los políticos, el delantero de la Universidad de Chile, Mauricio Pinilla, consultado sobre lo que pensaba tras la detención de las personas que robaron 1200 millones desde su casa en dinero y especies, donde se supo que uno de ellos tenía apenas 17 años, tuvo una muy acertada y profunda respuesta.
«Yo no guardo ningún rencor con las personas que entraron a mi casa. Ellos nacieron con menos oportunidades que uno y en un lugar poco idóneo para desarrollarse, así que no puedo juzgarlas”
“Me siento con el deber de ayudarlos, porque veo que son niños y me conmuevo. Hace un mes tenía un odio fatal, pero ahora me doy cuenta que es un chico de sólo 17 años y mi corazón me dice que no puedo quedarme de brazos cruzados y hacer algo. Quizá deba involucrarme en las poblaciones, contactarme con el Gobierno para trabajar con estos niños que crecen en ambientes que no son los mejores”
La delincuencia es el principal producto de la Desigualdad Social. (Hablamos de los delitos que comete el pobre que es el único que termina en la cárcel, el rico roba y jamás le pasa nada). No les dan educación, salud, sueldos dignos y más encima viven en ambientes donde salir de ahí es casi un milagro. Ninguno de nosotros tiene la moral para andar juzgándolos