Una de las cosas que provocó la falta de justicia en Chile, es que los numerosos cómplices civiles de la Dictadura Cívico-Militar, (acá para conocer algunos), no sólo no pagaron por las numerosas violaciones a los Derechos Humanos que cometieron, sino que más encima, ahora se las dan de «defensores de la Democracia». A modo de ayuda memoria, recordaremos los casos de los UDI Andrés Chadwick y Patricio Melero, sapos de la Dictadura que se dedicaban a entregar opositores a los militares.
Andrés Chadwick
Según señalan documentos de inteligencia de la Dictadura, Pinochet trató de formar una juventud leal a su régimen, esfuerzo para el que contó con el apoyo de la policía secreta y civiles, entre ellos Andrés Chadwick y Patricio Melero. En estos múltiples “encuentros escolares”, además del propio Pinochet, uno de los oradores era Jaime Guzmán. El documento señala textual:
“El esfuerzo por levantar un estudiantado leal, del cual existe registro hasta las postrimerías del régimen, fue apoyado además con el adoctrinamiento de los hijos de las autoridades y de los propios funcionarios, como consta en diversos oficios secretos. Los hijos de altos funcionarios de la dictadura, recibieron, de hecho, cursos periódicos sobre “Seguridad Nacional” y “Doctrinas Totalitarias”, entre otros. Además cursaron materias como seguridad nacional, geopolítica, guerra nuclear, poder naval, teología de la liberación y estudio crítico del marxismo, como consta en los oficios secretos”
Por si esto fuera poco, los asesinos y torturadores de la CNI “visaban” la contratación de docentes. Entre 1975 y 1990, por orden escrita de Pinochet, refrendada en sucesivos oficios, la policía secreta quedó además a cargo de supervisar toda contratación en el Estado, incluida la de profesores. Por cierto, Andrés Chadwick también golpeaba a las mujeres que eran opositoras a la Dictadura.
Patricio Melero
El periodista Mauricio Weibel, que destapó el escándalo del “Milicogate”, en su libro titulado “Los Niños de la Rebelión”, donde detalla la lucha de muchos jóvenes contra de la Dictadura Cívico-Militar, exhibió documentos que demuestran que el actual diputado de la UDI, Patricio Melero, en su puesto de Secretario Nacional de las Juventudes Nacionalistas, era un sapo de la CNI contratado para delatar a estudiantes opositores al régimen militar.
No existe NADA más repugnante que ser un «sapo». Más aún entregar a cientos de jóvenes a una Dictadura que los mataba, torturaba y hacía desaparecer sólo por pensar distinto. Y son los mismos que ahora se declaran «Pro Vida»