A las ya conocidas mentiras de Piñera sobre sus supuestos logros en materia de reducción de la pobreza, delincuencia y aumento del empleo, (donde hasta El Mercurio reconoció con datos en mano que Bachelet fue mejor presidente), el Gobierno de Piñera fue tan malo, que oficialmente es el más corrupto y con la mayor cantidad de formalizados e imputados en la historia de Chile. Algo completamente opuesto al «Gobierno de Excelencia» y «De Los Mejores» que siempre dijo tener. Un Artículo de El Mostrador detalla:
A Longueira se suman el ex ministro de Minería Laurence Golborne; el ex subsecretario de la misma cartera, Pablo Wagner; los senadores desaforados Iván Moreira y Jaime Orpis; el ex secretario de Estado Gabriel Ruiz-Tagle; y el ex administrador electoral de Piñera, Santiago Valdés. Una nómina completa que pecó de falta de probidad y que eclipsa la premisa del “Gobierno de excelencia”, que Piñera usó casi como mantra político durante su administración. Por más que Piñera ha tratado de dar por cerrado cualquier tema vinculado a los problemas que generó la relación entre la política y dinero en su Gobierno, los hechos vuelven a poner este ítem en el centro de la agenda pública.
A principios de mayo el abanderado UDI-RN anunció un fideicomiso ciego para sus inversiones y días después se hizo pública su declaración de patrimonio, dos hechos con los que su núcleo duro esperaba dar por cerrado el capítulo. Pero, a la semana siguiente, la Corte de Apelaciones resolvió ampliar el desafuero del senador UDI Jaime Orpis –que cumple arresto domiciliario–, en fallo dividido en el caso de cohecho, pero de manera unánime en lo relativo a delitos tributarios y fraude al fisco. El Ministerio Público entregó nuevos antecedentes, como haber usado los fondos dispuestos para contratar colaboradores para aumentar artificialmente el sueldo a su secretaria y un colaborador, dinero que habría sido traspasado a él y su cónyuge, generando un perjuicio fiscal de $48 millones; y en la acusación de cohecho, la Fiscalía planteó que recibió de Corpesca un total de $5.200.000 mensuales. En el mundo judicial reconocen que Orpis es el más complicado de la derecha, ya que sería reformalizado y efectivamente tiene altas posibilidades de que se dicte prisión preventiva en su contra.
A la semana siguiente, fue el turno del emblemático senador de la Alianza, Iván Moreira, quien durante la administración piñerista era un visitante semanal a los patios de La Moneda y que hoy hace un intenso despliegue de campaña a favor de la reelección del ex Jefe de Estado. El 24 de mayo, la Corte de Apelaciones aprobó su desafuero, en el marco de la investigación del caso Penta, por delitos tributarios e infracción a la Ley de Donaciones por un monto superior a los 38 millones, divididos en nueve boletas, lo que se suma a la formalización a la que se le sometió en el año 2015 por dicha facilitación de boletas ideológicamente falsas, instancia en que no se le aplicaron medidas cautelares, porque precisamente gozaba de fuero.
Tan complicada como la de Orpis, aseguraron en el mundo judicial, es la situación del ex subsecretario Wagner, quien fue formalizado el 1 de marzo por cohecho y lavado de activos, debido a los $42 millones que recibió del grupo Penta mientras era funcionario de Gobierno de Piñera, con el objetivo de que favoreciera los intereses del dueño del holding y amigo personal del ex Mandatario, Carlos Alberto Délano. Se encuentra con arresto domiciliario e intenta obtener una salida abreviada, lo que lo obliga a reconocer su culpabilidad en los hechos. Ese mismo día fue reformalizado Golborne, quien ya había sido sometido a tal situación en junio del 2016, por haber emitido boletas ideológicamente falsas por casi $ 378 millones entre los años 2012 y 2014. A través de un recurso ante el Tribunal Constitucional, trató de establecer la inconstitucionalidad de la aplicación del delito de infracción a la Ley de Donaciones, el que fue declarado inadmisible por el TC.
Si bien en estos años han sido señalados por la justicia la senadora UDI y ex vocera del Gobierno piñerista, Ena Von Baer, en el caso Penta, y el ex ministro de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, por la colusión del confort, lo cierto es que la situación de su ex administrador electoral, Santiago Valdés, es de las más delicadas para Piñera, porque el ingeniero civil representa el corazón de su oficina financiera. Valdés esta formalizado, desde octubre de 2015, por su rol como gerente de Bancorp, una de las tantas empresas del ex Mandatario, nexo por el cual el candidato de derecha figura en una lista de testigos solicitados por el Ministerio Público, cargo a través del cual firmó 15 facturas a SQM que se presumen falsas, por parte de Administradora Bancorp, cuyos pagos suman $318 millones, más el eventual pago irregular de bonos a altos ejecutivos de CHV, cuando el canal era controlado por dicha sociedad, y por un contrato de futuro, o forward, suscrito entre la misma Bancard y CB
¿Saben qué es lo peor? A los votantes de Piñera les da lo mismo esto, son masa alienada para votar en contra de sus propios intereses para beneficiar a sus explotadores. He ahí el problema de la «Democracia y la Política» al que tenemos que apuntar, y lamentablemente no existe ninguna respuesta a corto plazo