Una investigación de Radio Bío Bío reveló una vulgar pelea por plata que tiene la familia Lavín. La denuncia tiene relación con el financiamiento ilegal de la campaña senatorial de Joaquín Lavín el año 2009, donde la sociedad de su hija y su yerno triangularon dinero de múltiples empresas para entregarle a Lavín más plata de la legalmente permitida, vinculándose directamente con el Caso SQM, el Caso Penta y el Caso Caval. Parte de la investigación señala:
Una disputa de impuestos por platas políticas derivó en una denuncia ante el SII en contra de Joaquín Lavín por parte de su yerno, Isaac Givovich. Los hechos se remontan a la fallida campaña senatorial de 2009 de Lavín e implican a su secretaria, Lorena Espinosa, y su ex generalísima, Cristina Bitar, socia de la empresa de comunicaciones y lobby Azerta. Givovich acusa a su suegro y a Bitar de darle instrucciones para ocultar información y facturar a empresas que no estuvieran relacionadas con la campaña. Correos, mensajes de texto, declaraciones en la fiscalía y el SII, dan cuenta de una compleja trama que atraviesa los casos Penta, SQM y Caval.
El miércoles 28 de junio, pasadas las 20 horas, Joaquín Lavín Infante llegó hasta el café Starbucks de Isidora Goyenechea, en el sector oriente de la capital, para sostener una reunión con parte de su familia. Ahí lo esperaban una de sus hijas y su yerno. Pero también estaban presentes un abogado y un contador. Hablaron de la polémica que atravesaba por esos días el municipio de Las Condes por la eventual demolición de la villa San Luis, un histórico complejo de edificios que levantó el gobierno de Salvador Allende para integrar la ciudad. Lavín estaba en contra de la decisión de la constructora y por esos días buscaba una fórmula para acercar a las partes en conflicto. Habló, precisamente, de esas gestiones, pero no por mucho tiempo. La reunión no era para tratar ese tema y el alcalde no estaba para divagar. Quería saber concretamente por qué lo habían citado ahí, en presencia de un abogado y un contador. -Tengo poco tiempo. Vamos al fondo, qué es lo que pasa-, les dijo.
El 18 de septiembre pasado, en medio de las fiestas patrias, Givovich ingresó por internet una denuncia ante el SII. En ella mencionó a todos los que participaron en la campaña de 2009. Cristina Bitar y Lorena Espinosa, dice la denuncia, fueron quienes le entregaban el dinero para pagar a los proveedores. Joaquín Lavín León y Cathy Barriga, eran parte del personal pagado de la campaña a su cargo. Pero el principal acusado era su suegro. Según Givovich, Lavín Infante le instruyó “ocultar” la información de la campaña de 2009 y que, de no hacerlo, se le vincularía a “otro caso de connotación pública” por el cual se le “imputarían multas”. Givovich se refería al caso Caval. Esas advertencias, agregó, las recibió a través de su esposa, Asunción Lavín, y otras personas.
“He recibido instrucciones precisas del señor Lavín Infante de ocultar constantemente esta situación”, dice el documento que presentó Givovich ante el SII. “Se me avisa que si hago esta denuncia se me vincularía a otro caso de conmoción pública y se me imputarían multas por parte de este servicio (SII) a causa de ese caso (Caval)”. La advertencia que le habían hecho a Lavín sobre la denuncia se había concretado. La familia ya estaba quebrada.
¿Ven que es cierto cuando decimos que los cuicos son capaces de vender hasta a su mamá por un poco de plata? Los educan con la inmoralidad de que el dinero está por sobre todo. No es casualidad que la gran mayoría de los delincuentes «de cuello y corbata» salieron de la PUC