El día de ayer, el nazi, ultraderechista, fanático religioso, homofóbico y que odia a las mujeres, José Antonio Kast, además de exponer su habitual fascismo pro empresarios y en contra del pueblo, ocupó varios minutos para HABLAR DE SEXO DURANTE EL DEBATE. Algo que desde nuestra tribuna, como el medio de información más importante y carismático en la historia de Chile, simplemente no podemos aceptar. Ojo con las siguientes frases:
“El método natural es gratis, porque usted tiene que aprender a conocer a su señora. Usted sabe que siempre es fértil, su señora no siempre es fértil, ella tiene que conocerse y eso es gratis. Lo otro es pagado y el Estado siempre tiene que tener alternativas, como los preservativos, como las pastillas anticonceptivas, disponibles para las personas que no quieren optar por el método natural.
“Cada familia tiene derecho a decidir. El Estado debe tener preservativos y pastillas anticonceptivas para quienes no quieran optar por el método natural. A mí y a mi señora nos hace felices usar el método natural. Se lo recomiendo a usted, porque no nos dijo cuál usaba”
Primero que todo, el «método natural» que él promueve es un fracaso, partiendo porque con su señora TUVIERON 9 HIJOS. Y es que claro, para los cuicos de mierda esto no representa ningún problema ya que contratan a batallones de nanas para que los críen con la fortuna que tienen por herencia ya que ellos no trabajan. Pero para las personas normales, donde la mitad gana menos de 350 mil pesos, basta UN cabro chico para condenarte a toda una vida de explotación sólo para tratar de «salir adelante».
En una sociedad decente, personajes como Kast no deberían tener opinión o al menos no debería ser tomada en cuenta. No lo decimos con ánimos de censurar, lo decimos porque no tienen la más puta idea sobre como vive/sobrevive la clase trabajadora. Personajes que no saben diferenciar un martillo de un serrucho, que si los llevan a la Quinta Normal se pierdan, o que consideran «normal» tener más de dos hijos, están incapacitados ideológicamente para decir lo que tiene que hacer el resto. Menos aún querer ser presidentes.
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