Nueva semana, nuevo «hecho aislado» de los delincuentes y psicópatas con uniforme. En esta oportunidad, con la comisaría completa de Estación Central siendo investigada por detenciones ilegales, tortura y robo con violencia. Todo comandado por el suboficial mayor Francisco Arzola, quien se jactaba de ser conocido como «El Nazi». Un artículo de La Tercera detalla:
«La presente investigación dice relación con una serie de conductas constitutivas de delitos de tortura, apremios ilegítimos, detenciones ilegales y robo con violencia, en las que tuvieron participación funcionarios de Carabineros de la 21a. Comisaría de Estación Central, específicamente del servicio de foco ‘Eco 21’, a cargo del suboficial mayor Francisco Arzola, conocido como ‘el nazi’”. Este es parte del escrito que la fiscal de Alta Complejidad Centro-Norte, Tania Sironvalle, envió al Sexto Juzgado de Garantía de Santiago.
En el documento se entregaban antecedentes para que el juez autorizara el “descerrajamiento e incautación” de los casilleros de Arzola y otros 13 funcionarios de la 21a. Comisaría que están investigados. Su requerimiento, que fue autorizado parcialmente por el tribunal en junio de 2017, se realizó luego de que en mayo de ese año la fiscalía formalizara al suboficial Arzola, quien es el jefe del grupo Eco 21 -a cargo de controlar el comercio ambulante en el sector-, por presuntas torturas, apremios ilegítimos y detenciones ilegales en contra de cuatro personas, que son vendedores ambulantes y extranjeros ilegales.
Entre los testimonios de las víctimas contenidos en la carpeta investigativa está el de un comerciante ambulante de iniciales W.U.R.N., quien declaró que “arriba del bus me tiran a un asiento mientras Arzola me dijo: te arrancaste de mí (…) y de mí nadie se arranca’, me golpea con el palo de servicio en la guata, después (…) me da otro golpe con el palo en el tórax (…) y me dijo yo soy el nazi para que te acordí (sic) de mí toda tu vida y sacó la pistola”. Por estos hechos y otros más, Arzola estuvo en prisión preventiva por cerca de seis meses, medida cautelar que su defensa revirtió en la Corte de Apelaciones de Santiago. Además, en diciembre pasado el Consejo de Defensa del Estado se querelló en su contra y contra otros carabineros por los mismos eventuales ilícitos.
Según explicó la fiscal Sironvalle a La Tercera, “existen otras aristas investigativas que involucran a otros funcionarios (de la misma comisaría) y respecto de los cuales van a haber formalizaciones”. Detalló que el grupo Eco 21 está formado por “entre 12 a 15 funcionarios que trabajan en un piquete” y que “en razón de su labor se producen la mayor cantidad de denuncias. También existe otro grupo de denuncias respecto a personas en la garita, en el terminal de buses de Estación Central”. Sironvalle indicó que las víctimas, quienes serían cerca de 25, “son agredidas o trasladadas muchas veces con detenciones ilegales a la comisaría, donde también son agredidas. Están realizando una actividad al margen de la legalidad, como es el comercio ambulante o inmigrantes en situación ilegal, y que aseguran cierta impunidad respecto de conductas que van más allá de los deberes policiales”.
Si no se hace una reestructuración completa a la institución, partiendo por mejorar el filtro y la educación que entregan, Carabineros seguirá siendo un peligro público para todos nosotros. Verdaderos delincuentes y psicópatas con uniforme