Andrés Chadwick Costa, el hijo vago del ministro del Interior Andrés Chadwick Piñera, mediate una lacrimógena carta renunció a su cargo como productor general de Presidencia, donde había sido apitutado con un sueldo de 5,5 millones a pesar de tener NULOS méritos, ya que recordemos, estudió en la callampera Universidad de Palermo, no le validaron el título y jamás había trabajado. Parte de la carta señala:
No me avergonzaré jamás de llamarme como me llamo. De mi padre no sólo heredé el nombre y su apellido, sino también la convicción de que son la humildad, el rigor, el trabajo y el esfuerzo los valores que nos construyen como personas, y que es esa la manera en la que se crece y se avanza. Estoy orgulloso de haber nacido en una familia que se habló siempre de Chile, de sus dolores y sus esperanzas. Y espero que mis hijos, que también tendrán mi apellido, puedan soñar desde qué lugar aportar.
Pienso que la política no debiera tratarse nunca de las personas, sino de las ideas detrás de un proyecto, un propósito, una misión. Siempre he querido, con mi esfuerzo, colaborar a esa causa. Jamás he querido que mi trabajo genere interpretaciones que puedan causar algún daño a Usted, al equipo o al gobierno. Nada más ajeno a mi persona y mis motivaciones.
- Primero que todo, dejemos en claro que sólo renunció porque la Contraloría lo tenía en la mira ya que su nominación era ilegal debido a que no contaba con título profesional, sólo cuarto medio, así que para variar los cuicos otra vez están mintiendo
- El nepotismo es bastante sencillo de determinar: Si es familiar de un político NO puede estar en el Gobierno. Punto. Con esto puede que se pierdan uno o dos buenos profesionales, pero se gana en transparencia, ya que andar valorando los méritos en cada caso es completamente subjetivo
- Malditos comunistas resentidos que dejan sin trabajo a los pobres cuicos… Llega a ser gracioso que vagos que jamás han trabajado nos hablen a nosotros de esfuerzo y meritocracia. Si no fuera por los millones que su padre acumuló gracias a la Dictadura este pobre weón se moría de hambre