Revista Sábado de El Mercurio, reveló 3 nuevas denuncias contra el mediocre director de comerciales largos disfrazados de películas, Nicolás López, que con esto acumula un total de 15 mujeres que lo denuncian por acoso, hostigamiento y abuso sexual. En esta oportunidad, uno de los relatos incluye la violación a una menor de edad tras drogarla con cocaína. Parte del artículo relata:
“Creo que a las tres de la mañana salí del baño vomitando, muy mal, y le dije que me quería ir para la casa porque me sentía pésimo. Él me dijo que no, que nos fuéramos a su hotel, el Marina del Rey”. Ya no daba más, casi no podía estar de pie. Recuerdo que me ofreció cocaína. Me aseguró que con eso me iba a reponer y podríamos seguir de fiesta. Pero la rechacé. Él me dijo que en su hotel lo íbamos a pasar muy bien que podíamos ver películas y pedir comida. Así que lo acompañé”
“Me acuerdo de que le dije ‘tú sabes que no va a pasar nada, ¿cierto?’, y él me contestó ‘tranquila, no te voy a penetrar. Penetrar a una menor de edad es delito’. Llegamos a la pieza y yo estaba muy mal. Me desplomé en la cama. Recuerdo despertar y sentir lo pesado que era y que me pegaba con su pene en mi cara. Me acuerdo con su cara asquerosa, mirándome todo el rato, y me hacía como el gesto de encuadre con las dos manos, diciendo que nunca se iba a olvidar de esto. Sé que entró en mi boca. Jamás le dije que no, pero tampoco le di mi consentimiento”
A esta denucia se sumó el relato que ya presentó en Fiscalía la actriz Daniela Mateluna, que transcurrió entre conversaciones a través de Instagram, donde detalló el ofrecimiento de un papel en una película y tocaciones no consentidas. «Me decía, ‘ya Daniela, si no va a pasar nada, no seas tonta’, mientras yo forcejeaba con él y le pedía por favor que saliera de encima», narró. También se hizo parte la modelo brasileña Kenia Iost, quien contó desde Ciudad de México, donde se radicó después de una serie de episodios, que le pidió una reunión de trabajo a López en la cual pidió que fuera «más bitch», y que luego se transformó en una visita a su productora Sobras y posteriormente a su casa, que se encontraba en el mismo lugar. «El empezó a tocarme la pechuga, los brazos, todo bien fuerte. Yo me sentí muy incómoda. Y me decía que lo tocara. Y yo ‘no, es que no te voy a tocar’. Yo estaba en el sofá y él se sentó y se puso encima mío. Sacó mi mano y se la puso en él, en sus partes, y yo le decía que no, tengo que irme, voy a llamar un Uber», afirmó.
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