En entrevista para La Tercera, Paula Vial, la abogada autodefinida como «feminista militante» que fue contratada por Imaginacción para defender a Nicolás López, no sólo mintió sin asco para defender al abusador sexual de su cliente, dejó perfectamente en claro que le gusta la plata, que jamás fue feminista, y que sólo se colgó del movimiento como plataforma de marketing. Ojo también a su vergonzoso intento de censurar a la prensa al mezclar lo periodístico con el penal. Parte de la entrevista señala:
¿No conocía nada de Nicolás López?
No, personalmente no lo conocía, pero sí de nombre. Cuando yo era más joven lo leía en la Zona de Contacto, escribía una columna y me parecía un tipo muy talentoso, pese a que en esa época era súper chico. Pero después, nada. He visto algunas de sus películas.
Entonces, ¿por qué decide defenderlo?. ¿Fue porque se lo pide Imaginacción o a propósito de ese primer encuentro?
Lo que nos mostró, las pruebas que vi, me hicieron pensar que su historia era sólida. Me hizo mucho sentido lo que me decía, lo que me mostraba y, bueno, le creí. Y como le creí, me pareció que estaba bien defenderlo.
¿Qué es lo que específicamente le creyó?
Le creo que no es un abusador. Como él mismo lo dice, puede haber sido un descriteriado, un imbécil, pero eso no es delito. Y yo como penalista me focalicé en probar que su conducta no es constitutiva de delito. Eso es lo que hacemos los abogados cuando defendemos.
Dice que llegó a la convicción de que López no cometió delito, sin embargo, eso no excluye otras conductas de su cliente: el blog sobre Leonor Varela, por ejemplo, o cómo aborda la figura femenina en sus películas, mostrándolas como histéricas, tontas, vengativas… ¿No le parece que son conductas reprochables desde el feminismo?
Lo de Leonor Varela entiendo que apareció después. Creo que en sus películas desde el humor aborda personajes femeninos de una manera interesante y permite generar discusión y debate de cómo las mujeres son caricaturizadas y estereotipadas. Es un irreverente, pero a mí me llamaron como penalista y en eso yo me enmarco y me enfoco.
Y de las mujeres que aparecen en revista Sábado… ¿No cree en sus testimonios?
Así como están relatados en ese reportaje claro que parecieran situaciones constitutivas de delito, pero nosotros tenemos evidencia de que eso no es así. Y eso genera mi convicción.
¿A qué pruebas se refiere?
Eso lo presentaremos en la instancia correspondiente, no en un reportaje. La fiscalía abrió investigación de oficio y hasta el día de hoy (viernes) ninguna de ellas ha denunciado. A mí lo que me llama la atención de este caso es que ellas, según se dice en el mismo reportaje, tuvieron asesoría de abogados desde el principio, entonces no entiendo por qué no se denunció donde se debe. Está bien, puede haber una investigación periodística, no cuestiono eso, pero me parece que el espacio en que se denuncian estas cosas debe ser en el Ministerio Público, para que se investigue: es un derecho para la víctima y para el imputado.
Pero se sabe que las víctimas de este tipo de delito se demoran en poder denunciar este tipo de conductas…
Me parece que nuestro sistema penal da suficientes garantías para que cualquier persona pueda hacer una denuncia y que esta sea investigada, se procure oportunidad y equilibrio tanto para la víctima como para el imputado.
El mundo feminista se siente decepcionado de usted. ¿Cómo vive eso en lo personal?
Soy abogada y penalista. Se me ha tratado con mucho machismo al no respetar eso, mi profesión; se ha puesto en entredicho mi militancia feminista, que es real y profunda, porque es mi forma de ver la vida, y he visto cuestionamientos en mi contra que no he visto nunca en relación a hombres en casos de alta connotación pública. Nunca se ha visto que el debate de tal o cual imputado sea su abogado. Yo soy feminista, creo en poder cambiar la estructura del mundo, los espacios de autoridad, de poder, de decisión. He luchado para eso, para que haya equilibrio. Y creo que es compatible creer en ese feminismo profundo y creer también en el derecho a defensa, la presunción de inocencia y que se me respete en mi rol de defensora.
¿Ha sido difícil enfrentar los cuestionamientos? Usted era una activa usuaria de Twitter, pero hace una semana no opina de nada. ¿Va a abandonar esa red social?
No. No pienso dejar de opinar. Así como a mí me gusta hacerlo, he tenido que recibir las opiniones de gente que me ha cuestionado en términos muy duros. Siempre pensé que podría generar algo de polémica, pero tenía la esperanza que se me respetara como profesional, mi criterio, mi juicio para tomar el caso. Que se entendiera que si tomaba este caso era porque le creía a Nicolás. Pero no. Se me ha denostado de formas tan fuertes. Incluso, dicen que lo hago por plata. ¡Imagínate! La gente no entiende que si yo no hubiera sido antes defensora, no tendría hoy un espacio de opinión desde lo feminista.
Se ha dicho que el contrato de sus servicios es parte de una estrategia comunicacional. ¿Qué le responde a eso?
Eso es muy ofensivo. Soy lo suficientemente criteriosa, inteligente, tengo un sentido de realidad suficiente para tomar mis decisiones. Pero hay una locura colectiva que es difícil de contrarrestar. Por eso he dejado de hablar, ni voy a responder ninguna de esas menciones en Twitter, porque no me interesa polemizar en este minuto, sino enfocarme en esta causa. Soy una persona esencialmente opinante y me gusta opinar. Tengo columnas de opinión y lo voy a seguir haciendo. Han sido días álgidos, con mucha irracionalidad y emocionalidad en el ambiente, por lo que me pareció prudente callar.
En el feminismo hay muchas consignas, una el #YoTeCreoHermana y con todo lo que ha dicho, claramente, a estas mujeres no les cree…
Eso pasa porque nosotros, los abogados de Nicolás López, tenemos pruebas. Nunca hemos querido amedrentarlas. De hecho, me parece que el que ellas hayan hecho las denuncias en un reportaje y no ante la justicia es mucho más dañino y amedrentador. Nosotros cuando decimos que emprenderíamos acciones era para que se investigara donde corresponde.
¿Descarta estar defendiendo a un abusador, como sostienen las mujeres denunciantes en el reportaje de Sábado?
Yo creo que él es inocente y lo voy a defender de los delitos que eventualmente se le puedan imputar.
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- Paula Vial está mintiendo de manera grosera, ya que no puede decir que el sistema judicial da garantías a las mujeres, (de hecho es todo lo contrario). Por lo demás, ¿En serio le cree a López y no a las ya 12 mujeres que lo acusan? ¿Se demoró sólo un día en revisar todas las pruebas que le presentó el mismo López? ¿Las 4 mujeres que lo acusaron después del reportaje también están mintiendo? Que pare de mentir, que diga que le gusta la plata y se acaba el problema. Si quiere puede defender a Karadima, ya que hasta la mayor escoria tiene derecho a defensa, pero no puede seguir diciendo que es «Feminista Militante»
- Paula Vial jamás fue feminista, se colgó del movimiento como marketing y ahora lo está utilizando como colchón para defender a abusadores sexuales y como escudo para calificar de «machista» cualquier crítica hacia ella. Porque la estrategia de Imaginacción es esa: Al declararse feminista y decir que le cree a López, el mensaje que está enviando es que si ella como «feminista» cree en su inocencia se debilitan las criticas desde el feminismo a su cliente. Estrategia que por cierto, sólo deja en evidencia que Nicolás López de verdad es un peligroso abusador sexual
- Esto resume a la perfección de por qué el feminismo va de la mano con la Lucha de Clases. A una mujer burguesa no le interesa luchar contra la Desigualdad Social, sólo le interesa salvarse sola y acceder a más cuotas de poder para seguir reproduciendo las mismas relaciones de poder machistas. En el vergonzoso caso de Paula Vial, utilizar el feminismo para blindar a abusadores sexuales