En la peor semana de los Tiempos Peores, al tongo de Cecilia Pérez para tapar la debacle de su Gobierno, la miserable alza del sueldo mínimo de $1.000 pesos y su reforma tributaria para ricos, a Piñera no se le ocurrió nada mejor ir a Quintero para robar cámara, comuna que ya tiene a 300 personas intoxicadas por la contaminación de las grandes empresas.
Lo que no esperaba sin embargo, fue la decencia de la gente que no sólo rechazaron su presencia, lo funaron y le sacaron en cara su vínculo con las empresas contaminantes. Ya que para quienes no saben, Piñera es amigo personal de Fernando Barros, presidente del directorio de una de las termoeléctricas en la zona, (lo ayudó a evadir impuestos a través de empresas zombie), quien más encima es socio en el bufete de abogados de la actual Ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
Acá parte de lo que ocurrió con la visita de Piñera a #Quintero, y la protesta de la gente de esa localidad por la crisis ambiental que están viviendo. Literalmente el Presidente tuvo que salir arrancando del lugar: pic.twitter.com/2F8iwvaENu
— Vagabundo ilustrado (@vagoilustrado) 28 de agosto de 2018
Podemos apostar que los fachos de siempre tratarán de «violentos» a los habitantes de Quintero y dirán que «no es la forma de protestar»… Violento es que tu comuna sea definida como «zona de sacrificio» y que por más de 50 años las empresas contaminen a la población en la más absoluta impunidad en pos del «crecimiento»