¿Recuerdan el Team de Multimillonarios que creó Piñera para «vencer la pobreza»? ¿Algo absurdo considerando que son ellos los que precisamente generan pobreza? Bueno, para entender mejor a lo que nos referimos, basta señalar que los integrantes de este «team» son los mayores evasores de impuestos en Chile. A continuación desglosaremos los casos más conocidos:
En los ’90 las arcas fiscales fueron el blanco de un ataque zombi que buscó eludir impuestos por $1 billón. Exitosas empresas compraron firmas quebradas para esconder sus utilidades. Entre 1990 y 2004 todos estos dueños de empresas prósperas buscaron hacerle creer al SII que no tenían utilidades y, por lo tanto, que no tenían que pagar impuestos. Incluso, en algunos casos, pedían devolución de impuestos pagados en años anteriores. Para concretar ese engaño, compraron pérdidas por $6 billones 845 mil millones (casi 10 billones de hoy con el IPC ajustado), que provenían de empresas quebradas en los años 80, conocidas hoy como empresas zombis.
Así por ejemplo, en 2001, la zombi del Grupo Luksic declaró una descomunal pérdida de $75 mil millones, el mismo año en que el holding tuvo al menos $241 mil millones para tomar el control del Banco de Chile, comprando acciones del Grupo Penta y de los controladores de Falabella. Los vendedores de estas acciones, a su vez, pese a la gran suma que recibieron de parte de los Luksic por estas operaciones ($139 mil millones en el caso de Penta y $103 mil millones las familias controladoras del retail), también registraron grandes pérdidas tributarias en 2001, gracias a sus respectivas zombis. El Grupo Luksic estaba ya entre los más ricos de Chile cuando se ahorró una gran cantidad de impuestos gracias a su zombi. A través de Inversiones Hidrosur (representada por Andrónico Luksic Craig), debería haber pagado $9.932 millones en tributos entre 2000 y 2004, según un informe del Departamento de Delitos Tributarios del SII, al que accedió CIPER. Pero, de acuerdo a los datos obtenidos en esta investigación, el grupo solo pagó $163 millones en impuestos de primera categoría, apenas un 1,6% de lo que debió haber pagado.
La zombi que compró el Grupo Luksic, fue la Sociedad de Inversiones San Francisco, empresa que había pertenecido al grupo de Javier Vial. En 1983 quebró y fue sometida a un convenio judicial preventivo. En agosto de 2000 Vial la vendió a los Luksic, quienes pagaron por ella $2.606 millones. Un monto considerable para su único activo: una deuda de arrastre de $75.702 millones. En 2001 la zombi San Francisco volvió a la vida cuando, en un solo acto, el Grupo Luksic presentó ante el SII los $75.702 millones en pérdidas que San Francisco había acumulado desde el momento de su quiebra en 1983 (…) Gracias a esa fusión, en que se unieron en la misma contabilidad las pérdidas de Vial y la bonanza de los Luksic, el grupo hizo desaparecer $39.682 millones en utilidades en 2002. Al año siguiente, la zombi le permitió borrar $20.551 millones en utilidades. Finalmente, en 2004, descontó otros $4.192 millones en utilidades.
La familia Cueto Plaza, controladores de LATAM y partners de Piñera, también recurrieron a los cascarones de empresas quebradas. En la primera parte de esta serie se mencionaron dos sociedades que los Cueto compraron junto al ex presidente: Administración e Inversiones El Bosque Ltda. (que pasó a llamarse Inversiones Bancard S.A.) y Los Lirios S.A. (que terminó bautizada como Inversiones y Servicios Los Andes Ltda.). No fueron las únicas zombis que compraron. En los ’90, los Cueto recurrieron a otros dos cascarones con cuantiosas pérdidas de arrastre. La investigación de CIPER logró determinar que en uno de ellos exigieron al SII la devolución de impuestos pagados.
Tal como el ex presidente y actual candidato Sebastián Piñera -pionero en la compra de empresas quebradas y usar las pérdidas para esconder utilidades y eludir impuestos– los empresarios detrás de LAN, Falabella y Penta también utilizaron la misma estrategia, según un reportaje de Ciper Chile. En los 80, el abogado tributario de Piñera Fernando Barros Tocornal creó la empresa Textiles Arltex S.A., que en 1989 pidió un préstamos de 12 millones de dólares a CORFO. Después de no pagar, la entidad pidió su quiebra y se negoció un pago de apenas $364 millones, 21 veces menos que el préstamo original. Ya quebrada, la empresa fue comprada por Falabella y el clan Solari: Renialdo, María Luisa y Juan Cuneo. Rebautizada como Inversiones Altex, está en la lista de las 60 empresas que el SII calificó con “pérdidas tributarias inaceptables”.
Desde hace décadas forman parte del top ten de los grupos empresariales chilenos más ricos. La cuantía de sus inversiones en las industrias forestal, energética y pesquera lo mantienen anclado desde hace años como uno de los pesos pesados a la hora de sumar influencias. De allí que no sea extraño que el holding de los Angelini esté a la cabeza de otro ranking: el de las grandes empresas que han financiado ilegalmente la política. Durante 2015 el holding debió rectificar ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) pagos emitidos por cinco de sus empresas: Copec, Arauco, Corpesca, Siemel y Cruz del Sur (hasta junio de 2013, cuando la vendió al Grupo Security). Según publicó Revista Qué Pasa, solo Copec y Arauco rectificaron $1.500 millones, mientras que Corpesca sumó otros $260 millones. Información recabada por CIPER agrega otros $370 millones rectificados por Siemel y $120 millones de Cruz del Sur. En total, más de $2.250 millones en aportes irregulares a la política.
Hace un año, los hermanos Matte Capdevila vendieron el terreno llano más grande del sector oriente de Santiago. Esas 42 hectáreas del exclusivo barrio de La Dehesa fueron incluidas en 2002 en el Plan Regulador de Lo Barnechea dentro de la zona urbana, pero sus dueños lograron que el SII las siguiera catalogando como agrícolas durante 10 años más, lo que les permitió pagar sólo $2,3 millones anuales por impuestos territoriales. Tras la venta del predio se sinceró su valor: US$ 96 millones. Ahora se sabe que, bajo su verdadera tasación, las contribuciones anuales que debe pagar son de $885 millone
Hay que ser el emperador de los weones para creer que los mayores evasores de impuestos de a OCDE, los que se han negado a subir los sueldos, se han opuesto a garantizar derechos labores, han aplastado a los sindicatos, han fomentado la precarización laboral y han acumulado fortunas a niveles inmorales, van a presentar siquiera UNA mísera idea para «vencer la pobreza»