Una de las cosas que más llamó la atención en la visita de Jacqueline Van Rysselberghe a Jair Bolsonaro, además de la inmoralidad que significa apoyar a un fascista que tiene un discurso de odio en contra de las mujeres, los pobres, los homosexuales y los negros, es que ambos realizaron una fuerte crítica en contra de la corrupción, un completo absurdo considerando que la líder de la UDI tiene un escandaloso prontuario delictual:
- Se robó medio Concepción cuando fue alcaldesa
- Desvío dineros municipales destinados a educación para pagar favores políticos
- Pagaba sobreprecios sin licitación
- Fue querellada por Fraude al Fisco y Malversación de Fondos Públicos
- Le quitó viviendas a gente que lo necesitaba para dárselas a sus amigos
- Adulteró documentos públicos
- Vendió al Serviú terrenos de su padre a un precio inflado
- Se adjudicó un fundo de 120 hectáreas en apenas 21 millones de pesos
- Dejó el municipio de Concepción con un déficit de 3.074 millones de pesos
- Licitó proyectos inexistentes
- Pagaba sobresueldos a militantes de la UDI utilizando dineros fiscales
- Pagara horas extras de manera irregular
- Recibió sobornos de los grandes empresarios
- Despidieron a funcionaria que le tomó la alcoholemia a su hija borracha
- Autorizó de manera ilegal una plantación de Marihuana en el fundo de su esposo
- Tres empresas pesqueras le pagaron para defender sus intereses
- No entregó los condones que envió la ONU para el 27F
- Se comprobó que fue pauteada por las pesqueras para aprobar la Ley Longueira
- Creó una verdadera asociación ilítica dentro de la Municipalidad para defraudar al Estado
- Tiene apitutados a todos sus familiares en el Estado
El fascismo no es otra cosa que la reacción de la burguesía al ver que el poder se les escapa de las manos. Es tiempo de entender que todos los políticos que promueven un discurso fascista son y siempre serán empleados de los empresarios. O lo que es lo mismo, siempre defenderán los intereses de la Clase Dominante, no los de la Clase Trabajadora