A propósito del asesinato de Camilo Catrillanca a manos del Comando Jungla, donde Carabineros ya quedó en evidencia que nuevamente mintieron, vale la pena recordar los nombres de Mauricio Huenupe, Edmundo Lemunao, Julio Huentecura, Jose Huenante, Juan Collihuin Catril, Matias Catrileo, Johnny Cariqueo, Jaime Mendoza Collío, Rodrigo Melinao y Alex Lemún. ¿Qué tienen en común? Que forman parte de los 15 mapuche asesinados en «Democracia», donde Carabineros siempre mintió para disfrazar como «enfrentamientos» evidentes homicidios. Una nota de Radio Bío Bío recuerda los casos más emblemáticos:
Alex Lemun
Fue un joven estudiante chileno y comunero mapuche, perteneciente a la comunidad Requen Lemún Bajo, que murió a los 17 años, el 12 de noviembre de 2002, en un acto de ocupación de terrenos realizada por parte de la comunidad Montutui Mapu, en el fundo Santa Elisa (comuna de Ercilla), perteneciente a la empresa Forestal Mininco. Lemún recibió en la cabeza el impacto de un perdigón de plomo de una escopeta Winchester calibre 12, disparado por el mayor Marco Aurelio Treuer. Tras el episodio, Carabineros habló de un enfrentamiento, y -en su versión- el policía sostuvo que había oído un disparo y una bala había pasado cerca de él y sus hombres, razón por la que decidió utilizar munición real para protegerlos. Pero no se encontraron pruebas materiales que demostraran que los ocupantes habían disparado un arma ni tampoco se halló ningún casquillo de bala aparte de los usados por la policía.
Pero dicha versión, durante la investigación, se demostró falsa. El fiscal a cargo del caso concluyó que cuando el mayor Treuer efectuó el disparo mortal no existía un peligro real e inminente para su integridad -y la de sus subordinados- que justificara utilizar la escopeta. Al mismo tiempo sostuvo que la violencia ejercida en el momento de los hechos fue del todo innecesaria y no encontró motivo racional que la justifique. La Corte Suprema, recién en 2017, a instancia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dispuso reabrir el caso sobreseído temporalmente y que fuera investigado por la justicia civil, en cuyo proceso fue procesado el exoficial.
Matías Catrileo
Fue un estudiante universitario chileno de etnia mapuche que murió el 3 de enero de 2008 mientras participaba en la ocupación del exfundo Santa Margarita, propiedad del agricultor Jorge Luchsinger. El joven fue abatido por el cabo segundo Walter Ramírez Inostroza, quien le disparó en el costado con una subametralladora Uzi perforándole el pulmón, lo que le causó la muerte unos minutos más tarde.
Una versión inicial del hecho intentó probar que Catrileo había fallecido en un enfrentamiento armado contra Carabineros, pero después se determinó que Ramírez había empleado “sin motivo racional, violencias innecesarias” en la ejecución de sus órdenes. Aunque el abogado del uniformado alegó que actuó en defensa propia, Ramírez fue condenado por la justicia militar a 3 años y un día de presidio bajo el régimen de libertad vigilada por el delito de violencia innecesaria con resultado de muerte, cuya sentencia fue confirmada a fines de 2011 por la Corte Suprema. Tras ello, Carabineros degradó al acusado bajo la causal de “faltas a la ética profesional”.
Jaime Mendoza Collío
Fue un joven mapuche asesinado el 12 de agosto de 2009, por acción de un efectivo de Carabineros, tras participar en la ocupación del Fundo San Sebastián de Angol, que las comunidades mapuche del sector reclaman como territorio ancestral. Tras ello, Mendoza Collío huyó hacia su comunidad Requén Pillán, ubicada en Ercilla. Y en el trayecto, específicamente en la Comunidad Requén Cabrapán de la misma comuna, falleció tras recibir un disparo del cabo Miguel Patricio Jara Muñoz, quien formaba parte de una patrulla del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE).
El episodio ocurrió cerca del lugar en que murió Alex Lemún. En un principio, la policía uniformada señaló que Jara actuó en legítima defensa. Sin embargo, el examen forense a los restos del comunero evidenció que no había ocupado arma de fuego y que recibió un disparo por la espalda. Asimismo, trascendió en la prensa que el casco policial -que mostraba perdigones incrustados y que probaba la tesis de la legítima defensa- habría estado vacío cuando fue impactado. En 2010, la justicia militar, confirmó la tesis del montaje a través de peritajes realizados por la PDI. Dicha instancia lo condenó a cinco años y 1 día el 11 de noviembre de 2011. Pero la Corte Marcial de Santiago lo absolvió al año siguiente. Finalmente, la Corte Suprema revirtió la situación y lo condenó a tres años y 1 dia el 21 de agosto de 2013.
- No debemos olvidar la razón principal de estos asesinatos: Defender el negocio de las empresas forestales de Matte y Angelini
- ¿Por qué siempre debemos dudar de Carabineros? Porque han demostrado históricamente que no tienen credibilidad alguna. Menos ahora que son una institución completamente podrida por dentro llena de delincuentes que representan un peligro para la sociedad