El reciente desastre del Comando Jungla no es otra cosa que la guinda de la torta de un Estado que adoptó la persecución a los mapuche como política desde hace varias décadas. Llámese Dictadura, Concertación, Nueva Mayoría o Chile Vamos, todos decidieron aplastar y reprimir al Pueblo Mapuche de manera sistemática. ¿Por qué lo hicieron? La respuesta es sencilla: Defender el negocio de las empresas forestales de Matte y Angelini.
Dejemos una cosa en claro: No existe el Terrorismo en La Araucanía. Terrorismo es lo que hacía la ETA en España o el IRA en Irlanda que asesinaban a civiles a través de sangrientos atentados. No, el caso Luchsinger Mackay no tiene nada que ver ya que es bastante extraño, y lo más seguro es que lo hayan asesinados sus propios familiares, el juicio estuvo lleno de vicios y las pruebas con la cual están encarcelados dos mapuches son un verdadero chiste. Lo que si existe es la quema de camiones de las forestales en el marco de una justa reivindicación por las tierras que les han robado. (Eso sin contar con los numerosos autoatentados diseñados para culpar a los mapuche) Quemar camiones en el peor de los casos son delitos, jamás terrorismo ni menos un conflicto bélico
La criminalización sistemática del Estado chileno al pueblo mapuche tiene una única gran motivación: Defender a las empresas forestales que destrozan el medio ambiente con monocultivos de pino y eucalipto. Ya que si al mundo mapuche le quitas el discurso del “Terrorismo”, lo que queda es la justa demanda por territorios y la defensa a la naturaleza. Dos cosas que atentan directamente contra el negocio de la depredación forestal que hacen las empresas de Matte y Angelini, grupos económicos que son reconocidos financistas de campañas políticas.
Los Gobiernos de turno llevan décadas militarizando La Araucanía y la situación cada vez está peor. Es momento de entender que el problema de la región no son los mapuches, el problema son y siempre han sido las empresas forestales y su negocio que sólo traen pobreza. (La Araucanía es la región más pobre de Chile mientras que Matte y Angelini están dentro de los más ricos del país). Esto no es un conflicto policial ni mucho menos terrorista, es un conflicto político y social. ¿Cuántos mapuches más tienen que morir para que lo entendamos como país?