Si el famoso «Libre Mercado» siempre ha sido una farsa, básicamente porque las pequeñas y medianas empresas no son competencia alguna para los grandes grupos económicos y les pueden pasar por arriba cuando quieren, en Chile la situación es aún peor, debido a que las grandes fortunas ni siquiera les interesa fingir una supuesta competencia, son verdaderos mafiosos que abusan sistemática de su situación de poder para aplastar a las personas/consumidores. Para empeorar la situación, como más encima tenemos un Estado que lleva décadas defendiendo sus intereses, lejos de intervenir valida y promueve estas prácticas a través de la nula fiscalización y multas irrisorias. Como evidencia de lo anterior, a través de las redes sociales se viralizó las amenazas que recibió la dueña de una pequeña farmacia, las que fueron corroboradas por otros dueños de pequeñas farmacias en idéntica situación.
El «Libre Mercado», la «Libre Competencia» y la «Mano Invisible» siempre fueron una mentiras, si fuese por los grandes empresarios aún estaríamos trabajando 12 horas al día por un plato de comida. Por eso la Derecha está obsesionada con un «Estado pequeño», ya que un Estado en condiciones simplemente no permitiría estos abusos que son una constante. El desafío de la Nueva Izquierda es ese, crear un Estado poderoso al servicio de la Clase Trabajadora