Para que pocos tengan mucho, muchos tienen que tener poco. O lo que es lo mismo, para que el 1% más rico del país acumule fortunas obscenas es necesario que el 99% restante seamos explotados ganando una miseria. Eso es lo que precisamente ocurre con la los Von Appen, los mafiosos que prefieren perder dinero y tener paralizado el país competo antes que ceder a las demandas mínimas de los Trabajadores Portuarios. A continuación, un completo resumen de quiénes son estos empresarios delincuentes.
Tienen una fortuna de 1.000 millones de dólares
La familia Von Appen se instaló en Chile en la década de los 40, luego de que su patriarca Julio Alberto Von Appen llegara al país tras ser expulsado de Alemania por participar en actividades de sabotaje en medio de la Segunda Guerra Mundial. Radicado en el país, muy pronto el empresario logró formar un imperio en el mundo de los negocios. En 1952 fundó el holding Ultramar con un capital de US$2 mil, contando en la actualidad con un patrimonio que superaría con creces los US$1.000 millones. De esta forma, la familia ha estado ligada al negocio portuario por más de 60 años, siendo parte activa del actual conflicto que mantiene a los trabajadores portuarios en paro por más de un mes.
La familia Von Appen sigue en el ranking con 13 empresas. El grupo entrega dinero por medio de la naviera Ultramar, el Terminal Pacífico Sur Valparaíso y el Puerto de Mejillones, entre otros. Wolf von Appen, líder del grupo naviero, es al mismo tiempo director de SQM. Y la compañía controlada por Julio Ponce Lerou también aparece en este listado, entregando financiamiento en todos los años de elecciones (excepto en 2009), mediante cinco sociedades: Soquimich Comercial, SQM Salar, SQM Potasio, SQM Nitratos y SQM Industrial.
Nazis, Pinochetistas y Odian a los Trabajadores
“Apfel” era el seudónimo que recibía durante la II Guerra Mundial en Alemania el fallecido empresario Julio Alberto Von Appen, quien lideró las actividades de sabotaje en toda la costa occidental de Sudamérica. Este hombre fue investigado por varios años por quienes rastreaban las redes de espionaje del Tercer Reich. Julio Alberto era parte de la red “Kriegsorganisation 2” (Organización de Guerra 2), cuya labor era persuadir y entrenar a personas para que se convirtieran en agentes nazis en los países vinculados a los grupo de los Aliados. Por otro lado, en Latinoamérica, además tenían como objetivo destruir el Canal de Panamá, centro de las operaciones navales estadounidense. Su verdadera identidad finalmente fue descubierta por los investigadores del Departamento 50, la unidad de contraespionaje chilena que logró desbaratar dos redes alemanas en el país. Sin embargo, Von Appen no se vio mayormente afectado por esto, y se abrió un importante camino en el mundo de los negocios.
En 2013, consultado por CNN Chile sobre si había sido poca o no la inversión en el primer periodo de Michelle Bachelet, Sven Von Apppen comentó que “ella no hizo mucho comparado con los que estuvieron antes de ella, especialmente Pinochet. Si pasa eso buscamos otro Pinochet“, sostuvo. Ese mismo año, refiriéndose al avance económico del país, el empresario declaró a La Segunda: “Este Presidente [Piñera] y otros tantos crearon este avance de Chile, bastante único, que también se dio en el pasado con un Presidente muy bueno [en referencia a Pinochet]”. A esto, agregó que “a los chilenos les ha crecido tanto el apetito, que no pueden parar. Eso producirá que engordarán y se pondrán más cómodos”. Luego afirmó que a su juicio “la única solución es una crisis, internacional o chilena, de carácter financiero”. El empresario indicó que una crisis afectaría a la banca y/o compañías de seguros, lo que tendría consecuencias en la vida de la gente. En sus palabras, esto serviría “para que el chileno llegue al nivel que corresponde y no se vuele”.
Los Von Appen provocaron un paro sólo por negarse a entregar media hora de colación
«Como trabajadores portuarios nosotros pensamos que a usted, en su calidad de empresario socio de Ultramar, ha demostrado lo que quiere para los trabajadores (…) esta carta no pretende tranquilizarlo. Lo cierto es que media hora de descanso para tomar una colación nos parece una demanda mínima y elemental relacionada con la salud de quienes ponemos el máximo de nuestra energía en la realización de nuestro trabajo diario, que por cierto llena sus insaciables bolsillos. Por muy importante que sea esta demanda, ella no es la única. Si usted ya está intranquilo, en el futuro estará más preocupado aún. Son muchas las necesidades no cubiertas que tenemos y vamos a volver a luchar por ellas. No tenemos otra posibilidad.
Señor Von Appen no intente apagar el fuego con palabras que encierran desprecio y amenaza. El dinero y la riqueza no lo son todo, también existe la acción organizada y solidaria de los hambrientos de justicia para nuestro pueblo y eso usted lo sabe. Por último, el hambre a la cual hace usted mención, podríamos retratarla con la irrefrenable sed de ganancia que usted ha demostrado estando a la cabeza del saqueo de diversas riquezas naturales de Chile, como la concesión oscura de Puerto Angamos, el acuerdo que consiguieron con el Estado de Chile, rompiendo todos los esquemas de tonelada transferida hasta ese momento, como por su participación en la termoeléctrica Guacolda, y también con la concesión de la mina de carbón Isla Riesco junto a otro grupo económico; ¿a quién le cabe más el apelativo de hambrientos? ¿A ustedes: los depredadores o a nosotros que sólo queremos lo que nos corresponde? Sepa usted que su odio y su medio no hacen más que reafirmar el camino de lucha que hemos emprendido».
Persiguen a los Dirigentes Sindicales
La empresa de los Von Appen respondió por la negativa dos peticiones fundamentales: comprometerse a no realizar represalias ni listas negras, y a establecer mesas de trabajo. La lucha en Puerto Angamos del 2014 ya nos mostró cómo son las revanchas de esta familia: casi 500 despedidos en represalia por haber paralizado el año anterior, en una lucha también histórica que ganó, nada más y nada menos, que el derecho a media hora de colación (derecho al que los Von Appen y Rojas se opusieron, bajo el argumento de que detendría la producción).
Hasta la fecha no sólo han incidido en el debate político regional y nacional, sino que han acumulado fuerzas en los propios trabajadores del sector marítimo portuario a lo largo del país ya que su problemática representa ser una realidad compartida por miles de trabajadores, donde los turnos y salarios se reducen debido a la nula regulación de entrega del carnet rojo, manteniéndose en condiciones de severa explotación y bajo un régimen de eventualidad sumamente precario e inestable. Los trabajadores portuarios no cuentan con una remuneración mínima, (su empleo es por turnos y los finiquita cada 8 horas), tampoco tienen indemnizaciones por años de servicio, pre/postnatal, pago de capacitaciones, vacaciones, reconocimiento de la labor como trabajo pesado y negociación colectiva.
Detrás de toda gran fortuna siempre hay un crimen. Tener una fortuna de MIL millones de dólares y negarse a dar media hora de colación deja en claro cuál es el verdadero problema: La inmoral codicia sin límite de las grandes fortunas del país. Sin embargo, la Derecha y los medios tradicionales están haciendo esfuerzos sobrehumanos para dejar a los Trabajadores Portuarios como los malos de la película… A esto nos referimos cuando hablamos de Conciencia de Clase y Lucha de Clases. Nuestra situación sólo mejorará con una Clase Trabajadora unida