La Iglesia Católica, los Evangélicos, los Opus Dei, los Legionarios de Cristo, los Hermanos Maristas, el movimiento religioso al que pertenece José Antonio Kast, todas las «sectas» y variantes de la iglesia han demostrado que eran verdaderas redes de pedofilia. ¿Quiénes eran lo únicos que faltaban? Los Jesuitas, donde esta semana las denuncias por abuso de menores explotaron contra los creadores del Hogar de Cristo. Notas de Cooperativa, El Mostrador y La Tercera detallan:
La teóloga e ingeniera Marcela Aranda Escobar, de 53 años, sacó la voz luego de que denunciara por abusos sexuales y de poder al sacerdote jesuita Renato Poblete, quien falleció en 2010. «Me siento sobreviviendo con gran esfuerzo, mucha ayuda especializada y el cariño de mis amigos por abusos horrorosos», relata la mujer a El Mercurio, su primera entrevista tras hacerse público el caso. Aranda, profesora de la Facultad de Teología de la UC, presentó la denuncia ante la Comisión de Escucha que encargó el obispo Charles Scicluna. Hace exactos 10 días, la Compañía de Jesus -orden a la que perteneció Poblete- confirmó que se investiga la denuncia de abusos «en el ámbito sexual, de poder y de conciencia» ocurridos entre 1985 y 1993. Marcela decidió no revelar, públicamente, los abusos que sufrió hasta que sea llamada entregar su testimonio frente al investigador canónico.
Juan Pablo Hermosilla, el abogado de Marcela Aranda, sostuvo que el comportamiento del cura capellán del Hogar de Cristo era un secreto a voces, estaba normalizado y hasta se hacían chistes con su conducta. «Es una experiencia difícil de tolerar, es muy fuerte… Hubo una posibilidad relevante de que ella no saliera viva de esto. Esto estuvo en conocimiento de algunos sacerdotes que están vivos y, por lo tanto, es importante que aquí la Compañía pase a la etapa más difícil. La información está al interior de la Compañía de Jesús y saber cuántas víctimas más hubo y, sobre todo, cómo esto podía ocurrir de una manera estructural dentro, literalmente, del Hogar de Cristo», agregó. Tras conocerse las tres nuevas denuncias de abuso contra Poblete, el abogado explicó que la investigación en curso no es contra Renato Poblete, sino que se enfocará en la estructura que tenía la Compañía de Jesús y su responsabilidad al no proteger a las víctimas de abuso, aún conociendo la situación.
El periodista y escritor Óscar Contardo lleva tres años trabajando en un libro sobre abusos dentro de la Iglesia y ha sido uno de los protagonistas en el reciente destape de las denuncias a sacerdotes jesuitas, en particular del caso del sacerdote Jaime Guzmán Astaburuaga. Su tesis y una de las razones por las que ha preferido hablar antes de que estas historias se incluyan en su libro, tiene que ver con que “a los jesuitas se les mide con otra vara”. En su investigación se encontró con varios casos dentro de los jesuitas que, acusa, han sido tapados. “Hay una tremenda hipocresía de muchos sacerdotes de hacer de Karadima un chivo expiatorio para hacer parecer que su mundo está limpio”, dice.
El vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Helmut Kramer, valoró las denuncias en contra del fallecido sacerdote Renato Poblete y cuestionó el poder de la congregación jesuita en el país. «No es fácil denunciar en Chile a un sacerdote jesuita, menos a uno que prácticamente fue canonizado en vida, que se le consideraba un santo y entendemos el momento que debe estar viviendo Marcela», indicó. Kramer aseguró que los jesuitas «tienen peso en Chile, se han sabido mover muy bien desde círculos de poder hacia los pobres, hasta el punto de tener un Renato Poblete, que era considerado casi un santo y que podía hacer una cena de pan y vino donde iba todo el empresariado chileno y hoy en día está acusado por más de una persona por abuso. Si la congregación quiere transparentar debe ir más allá de las investigaciones», puntualizó.
- A estas alturas es imposible decir que son «casos aislados». Se trata de un problema estructural relacionado con fomentar la ignorancia, la docilidad y la obediencia que es caldo de cultivo para los abusos a menores
- Los fanáticos religiosos literalmente son una parte de una red de pedofilia, no tienen moral alguna para andar juzgando la sexualidad de las personas ni menos andar imponiendo su falsa moralina al resto