En algo que no sorprende, considerando que la Derecha está en una campaña para transformar a la mujeres en incubadoras sin derechos y en sólo un año han presentado OCHO iniciativas para evitar negarles derechos, el gobierno de Sebastián Piñera rechazó el llamado que han realizado diversas organizaciones sociales a realizar un paro el próximo 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer. En este contexto, 3 Ministros de Estado criticaron duramente la manifestación:
“Nuestro gobierno escuchó y accionó en favor de las mujeres. Deudas históricas durante décadas, donde las mujeres hemos sentido que no tenemos el mismo trato ni la igualdad de derecho entre hombres y mujeres, tuvimos y tenemos un Presidente que se hizo parte de esa voz poniendo nuestras demandas en primera línea a través de una agenda contundente que la está liderando la ministra Isabel Plá (…) No hay que hacer huelgas, sino que al contrario, los derechos de la mujer se consiguen movilizándonos entre todos”
“Si usted me pregunta si esta convocatoria a huelga tiene una relación con lo que nosotros estamos trabajando y planteándole al país, le digo que no, que apunta en el sentido contrario. Es una plataforma más bien de articulación de un sector de la oposición frente al Gobierno del Presidente Piñera, por una parte, y de articulación de una agenda política que excede los temas de la mujer«
“No creo que sea conveniente tener un paro de mujer para hacer valer causas que no tienen que ver con la necesidad del más pleno reconocimiento de igualdad de derechos de mujeres y hombres. Entiendo que haya una movilización, pero que no mezclen peras con manzanas (…) el movimiento se ha politizado y no tiene sentido”
Sebastián Piñera
Piñera en televisión: "Las mujeres tienen todo el derecho a protestar, pero la huelga feminista no es necesaria, porque nuestro Gobierno tiene asumida esa causa en su totalidad" #CooperativaConversa #8M pic.twitter.com/BOlpvet6Hi
— Cooperativa (@Cooperativa) 5 de marzo de 2019
Comunicado de la Coordinadora Feminista 8 de marzo
Los temas de las mujeres no pueden ni deben limitarse a erradicar la violencia machista entendida únicamente como acoso, abuso, golpes y femicidios. Los temas de la mujer se relacionan con todo aquello que precariza nuestras vidas. Con que ganemos un sueldo 37% menor al de los hombres, con que gastemos 3 horas más al día en trabajo doméstico y de cuidados, con que más del 90% de nuestras pensiones sean menores a 158 mil pesos.
También es central para las mujeres Mapuche terminar con la militarización del Wallmapu, que las daña a ellas, a la infancia de sus hijos e hijas y a sus comunidades, sometiéndolas a una situación constante de terror y amenaza. Es clave para las mujeres que cuidan a enfermos en zonas de sacrificio terminar con las políticas extractivistas. Es fundamental para las mujeres migrantes -que son la mayoría y las más empobrecidas de toda la población migrante- contar con una política migratoria con enfoque de derechos y perspectiva de género. La violencia que nos ataca está en todos los espacios: públicos, familiares, de trabajo y de estudios. Una de cada 3 de nosotras vive o vivirá violencia a lo largo de su vida. Hay que ponerle fin a todas las formas en las que se manifieste, para poder avanzar hacia una vida digna, libre y sin miedo.
Lo anterior no es una idea de un grupo de mujeres aisladas. Es resultado de decenas de encuentros territoriales que se hicieron el año pasado a lo largo de Chile y que culminaron con el Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan, que reunió a miles de mujeres que, en conjunto, construyeron las demandas para este 8 de marzo y acordaron plegarse a la paralización de sus actividades. Quizás la Ministra Plá debiera averiguar más sobre cuáles son los temas centrales que nos convocan.
Las mujeres somos personas y que tenemos voz, voto y acción tanto en el mundo privado como en el público. La huelga la levantamos como una forma de hacer nuestras vidas un problema político. Porque lo que nos tiene sumidas en la precarización total y transversal de nuestras vidas son, precisamente, las políticas públicas levantadas por este gobierno y también por los de la Concertación y Nueva Mayoría. Decir que esta no es una forma de movilización propia de las mujeres, sino atribuirla de manera facilista a partidos políticos, demuestra un imaginario sesgado sobre las potencialidades que tenemos para organizarnos. Hacer huelga no es un capricho sino una necesidad frente a la mercantilización de cada espacio de nuestras vidas y es un llamado internacional que la Ministra debería conocer a estas alturas. Son las mujeres del mundo las que dicen basta de violencia, abuso de poder y pobreza.
Pero la Ministra Plá sí tiene razón en algo. El movimiento feminista es un movimiento de oposición. De oposición tanto al gobierno como a los gobiernos anteriores que han administrado la miseria, la violencia y la precariedad de nuestras vidas. Es un movimiento de oposición a las cúpulas de las iglesias. Un movimiento de oposición a las políticas que hoy nos mantienen en esta situación, y que son las políticas que queremos subvertir. La huelga es un movimiento de apertura de una fuerza social transformadora, de la mano del movimiento feminista y del protagonismo de las mujeres en todos los espacios. La huelga convocada para el 8 de marzo no es un hecho anecdótico ni particular de este país. Es parte de un contexto. Somos parte de un movimiento internacional y es la manera en que hoy mujeres de diferentes países del mundo se movilizan por un futuro mejor.
- ¿Por qué la Derecha está tan desesperada buscando despolitizar el feminismo? Porque saben que ellos JAMÁS estarán a favor de los derechos y reivindicaciones de las mujeres. Como señaló la Coordinadora 8 de Marzo. El feminismo es por definición un movimiento político y de oposición
- Los machistas de izquierda cometen un grave error en mirar en menos el feminismo, primero porque las mujeres son mayoría, segundo porque están mucho más coordinadas que toda la Clase Trabajadora en tiempos donde la Conciencia de Clase casi no existe. Las mujeres y el feminismo son la única luz de esperanza que tenemos como sociedad para enfrentar el fascismo, basta ver que en EE.UU ya le propinaron una derrota a Donald Trump.