Una investigación de Ciper Chile reveló la estafa detrás de la instalación de los llamados «medidores inteligentes». Estamos hablando de medidores innecesarios, con supuestas ventajas que han sido refutadas por expertos, que aumentarán el precio de las cuentas de la luz, y donde las empresas eléctricas más encima nos obligarán a comprarlos, con el detalle de que después de igua manera nos seguirán cobrando su «arriendo» a perpetuidad. Parte del artículo detalla:
Dentro de los próximos siete años las compañías distribuidoras de energía reemplazarán por “dispositivos inteligentes” todos los medidores de consumo de electricidad que hasta ahora eran propiedad de cada cliente. El cambio tecnológico tendrá un costo aproximado de mil millones de dólares –según cálculos de la Comisión Nacional de Energía (CNE)- y lo deberán asumir los clientes a pesar de que el nuevo medidor será de propiedad de la compañía. Más de seis millones de máquinas serán instaladas en hogares, oficinas e industrias, abriendo un nuevo capítulo en la historia de seres humanos reemplazados por robots: ya no será necesario el trabajo de la persona que mide el consumo en terreno y tampoco el de las cuadrillas que cortan y reponen la energía. Una vez instalados los nuevos medidores, todo se hará de manera remota.
El principal beneficio que traerá consigo esta nueva tecnología para las compañías del rubro, es que no asumirán el costo de esta gran inversión. Puede que usted no lo haya advertido, pero desde septiembre de 2018, la cuenta de electricidad que paga cada cliente comenzó a incluir el cobro por estos nuevos aparatos. Para definir cuánto se debía cobrar en las tarifas por este cambio, la Comisión Nacional de Energía encargó un estudio en octubre de 2017 a un consultor externo: Inecon. Lo relevante es que los cálculos se hicieron en base a las proyecciones de inversión entregadas por las propias compañías distribuidoras.
En septiembre de 2018, cuando fueron publicadas las nuevas fórmulas tarifarias, el gobierno celebró con bombos y platillos la baja de un 7% en las cuentas de la Región Metropolitana (RM), gracias a los precios más económicos de la energía. Pero, lo cierto es que para el resto de las regiones aumentó y en la RM la baja pudo haber sido aún mayor, ya que el recambio tecnológico aumentará las cuentas hasta en un 5% cada año para solventar esta inversión.
En Chile, históricamente el medidor y el empalme han sido propiedad del cliente. Al menos hasta principios de 2018, el 70% de los medidores era propiedad de los usuarios. Lo mismo ocurría con más del 84% de los empalmes: las instalaciones que van desde los postes hasta el medidor. La CNE definió que la propiedad debía pasar a las compañías distribuidoras de electricidad. Y determinó que los nuevos medidores debían cumplir ciertos requisitos y compartir las mismas características en todo el territorio. En este punto el Congreso jugó un papel clave: la Ley 21.076, que se aprobó en enero de 2018, estableció que medidores y empalmes pasarán a ser propiedad de las empresas y los usuarios deberán pagar por esos dispositivos a través de las tarifas.
Esa ley fue el trámite indispensable para que se pudieran expropiar los medidores masivamente sin indemnizar a los clientes y para que los empalmes pasaran también a ser propiedad de las compañías. Con este cambio legal es el propio Estado el que está legalizando el monopolio de medidores y empalmes en manos de las empresas distribuidoras, ampliando los márgenes del negocio que hasta ahora solo consideraba la venta y distribución de energía.
¿Ventajas para los clientes?
En teoría, la gran ventaja para los usuarios será que, frente a un corte de energía imprevisto, la empresa podrá identificar y aislar remotamente el origen del problema. Pero el anuncio es refutado por los expertos consultados por CIPER. Estos afirman que, si el corte se produce, por ejemplo, porque se cae un transformador, los medidores quedan de inmediato incomunicados para enviar una advertencia del corte. Sin suministro eléctrico, para que los “medidores inteligentes” pudieran enviar señal, debieran contar con un mecanismo de respaldo para alimentar el sistema de comunicación. Y si el medidor no tiene cómo comunicarse con su estación base, no es infalible, se ha promocionado con atributos que no tiene.
Entonces para resumir: Nos obligarán a comprar un nuevo medidor de dudosas ventajas, cuando lo compremos seguirá siendo de la empresa que nos cobrará un arriendo a perpetuidad y más encima aumentan las cuentas de la luz… ESTO ES EL CAPITALISMO: El Estado al servicio de los grandes empresarios que se quedan con todas las ganancias y nos obligan a asumir sus pérdidas.