Los fachos y los fanáticos religiosos les encanta defender cigotos / mórulas / fetos porque son un concepto abstracto. No existen, no piden comida, no exigen salud, ni menos educación. A diferencia de los pobres, que odian porque son la evidencia de las desigualdades que generan los inmorales privilegios de los más ricos, defender a los «no nacidos» resulta increíblemente beneficioso para sus intereses. Primero para jactarse de una falsa superioridad moral que no tienen, y después para prohibir que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo.
Sobre su falsa superioridad moral, el que mejor lo explica es el destacado biólogo chileno y Premio Nacional de Ciencia, Humberto Maturana, ya que si de verdad se preocuparan por la «vida» estarían preocupado del ser humano en su vida integra, desde que nace hasta que muere, garantizarles salud, educación, vivienda, vejez digna, etc. Pero eso no les interesa ya que cuestionaría de manera directa su estilo de vida. Por eso prefieren defender a embriones que a personas. Un idea tan vacía como las mentiras que utilizan para justificar su absurdo.
Sobre prohibirles a la mujeres decidir sobre su cuerpo, quién mejor lo explica es la escritora feminista Silvia Federici: «El capitalismo necesita de mano de obra y esta nace de las mujeres, la forma de controlar y asegurar la base del sistema es controlar el cuerpo de las mujeres. Controlar el cuerpo de la mujer es sinónimo de decidir sobre reproducción, cuestiones sociales y demográficas. Existen muchas medidas en todo el mundo que se están tomando para retomar el control sobre las mujeres, perdido tras unas décadas de aparente libertad. El sistema lo que busca es controlar y decidir dónde, cuándo y con qué perfil nacerá su nueva “mano de obra”. De esta forma, el control del cuerpo de la mujer se convierte en la mejor garantía del mantenimiento de las estructuras capitalistas»
Obligar a una niña de 12 años a tener el hijo producto de la violación de su padre no es ser «Pro Vida», es ser un psicópata «Pro Tortura». Hay miles de niños abandonados en el Sename que necesitan apoyo ya que viven en un infierno. ¿No sería mejor ayudarlos a ellos en vez de a los inexistentes «no nacidos»? Sin embargo ahí están los antimujeres, marchando y protestando por weones que no han nacido. El mayor «chiste» de su absurda falsa defensa a la vida es que una vez que la spersonas nacen, son los primeros en dejarlos botados y quitarles derechos.
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