Todas las políticas de a Derecha están enfocadas a tres grandes objetivos: Beneficiar a los grandes empresarios, empobrecer a la Clase Trabajadora y que las mujeres se queden en la casa trabajando gratis como dueña de casa. Sobre esto último, basta recordar que el Gobierno de Piñera ha presentado DIEZ iniciativas en contra de las mujeres para transformarlas en incubadoras sin derechos. Para confirmar lo anterior, la última encuesta Casen señaló que 75% de las personas que no tienen ingreso propio en Chile son mujeres. Una nota de La Tercera puntualiza:
El análisis de los resultados de la encuesta Casen desde el punto de vista de la equidad de género, los que reflejan la persistencia de las brechas entre hombres y mujeres en el país. La encuesta ratifica que las mujeres siguen siendo mayoría en la población chilena total, con 52,4% frente al 47,6% de varones. No obstante, esa mayoría no se traduce en un acceso equitativo al ingreso. Según el análisis, del total nacional de personas que carecen de ingresos propios un 74,8% corresponde a mujeres. Esto significa que tres de cada cuatro personas que no tienen ingreso propio son mujeres, y solo uno es hombre.
El 40% de las mujeres pertenecientes a los quintiles más bajos no trabaja por la obligación de cuidar el hogar, a sus hijos o a familiares no autovalentes. Marisol Díaz es una de las mujeres de clase media que debió tomar esta decisión. Cuenta que en 1990, cuando tenía 24 años, tuvo a su primer hijo, momento en que prefirió dejar de trabajar. “Opté por cuidar a mis hijos. Sentía que, si yo no lo hacía, nadie lo iba a hacer de mejor forma”, explica.
Macarena Bravo, máster en Igualdad de Género, advierte que en Chile el rol de la mujer está predeterminado al cuidado de otros. Para combatir esto se debería orientar la educación a desarrollar labores remuneradas. Al mismo tiempo, considera que se deben reconocer de mejor manera las tareas no remuneradas. “Mientras ellas realizan ese trabajo no hay un desembolso del Estado en cuanto a las prestaciones de cuidado a otros”, enfatiza la especialista en género.
Todas las políticas disfrazadas de «Pro Familia» y «Pro Vida» de la Derecha tienen como objetivo quitarles derechos a las mujeres para que se queden en la casa encerradas criando guaguas. Ni hablar del fascismo, que abiertamente consideran a las mujeres como personas de segunda categoría que deberían estar encerradas en la cocina