Como la Derecha jamás gobernará para las personas ya que sólo existen para defender los intereses de los Grandes Empresarios, siempre utilizan las mentiras y el miedo como método de distracción para esconder el desastre que provocan cuando gobiernan. Por lo tanto, que la Derecha haga montajes y falsos atentados terroristas es algo mucho más cotidiano de lo que aparenta.
Lo vivimos con los «Oberoles Blancos» que utilizaron para promover el «Aula Segura» donde una vez aprobada desaparecieron sin pudor alguno, lo vimos con las bombas en el Metro que «justo» ocurrieron cuando la gente había decidido realizar evasiones masivas, y ni hablar de todo los montajes realizados en contra de los Mapuche, donde destaca especialmente la Operación Huracán. En este contexto, Ciper Chile entrevistó a una mujer que aseguró ser ex informante del Gobierno de Piñera, donde entre otras cosas, detalla que la obligaron a poner una bomba. Notas de Ciper Chile y El Desconcierto detallan:
El 25 de octubre de 2017 el fiscal Sergio Moya le envió un mensaje por whatsapp al mayor de Inteligencia de Carabineros Patricio Marín, uno de los protagonistas del montaje de la Operación Huracán. Se tenían confianza. Habían trabajado juntos en varias causas sobre organizaciones mapuche radicales, en la época en que Moya prestó servicios en la Fiscalía Regional de la Araucanía. Aunque ahora el fiscal estaba radicado en Rancagua, el vínculo nunca se cortó.
El mensaje que Moya puso en su chat con Marín era una imagen: la foto del carnet de identidad N° 13.XXX.XXX-7, perteneciente a E.R. (*), una mujer que aseguraba ser militante de una célula activa del FPMR, basada en la zona poniente de Santiago. Esa imagen –a la que CIPER tuvo acceso– es una hebra que conecta a Sergio Moya y al fiscal Emiliano Arias con el ahora ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien entonces ejercía como jefe político de la campaña presidencial de Sebastián Piñera. Y también acreditaría la particular cercanía que habrían cultivado al menos dos de los citados: Arias y Chadwick.
CIPER contactó a E.R. y conversó con ella. La versión de la mujer es que por un quiebre con sus compañeros de militancia que afectó gravemente su vida personal, decidió revelar su historia y colaborar con la justicia. Según su testimonio, en el segundo semestre de 2017, cuando la carrera presidencial ya estaba en tierra derecha, llegó hasta las oficinas que ocupaba el círculo de hierro de Sebastián Piñera en Apoquindo 3.000, donde la recibió la actual ministra de la Mujer, Isabel Plá. Ella la derivó con Andrés Chadwick, quien ya se perfilaba como jefe del futuro gabinete ministerial.
La reunión entre Chadwick y E.R. se concretó. Ahí, según la informante, se estableció que la ayuda debía ser mutua. Es decir, Chadwick la pondría en contacto con fiscales para que la protegieran pero, a la vez, ella debía transformarse en informante. E.R. estuvo de acuerdo. “Cuando ingreso a Apoquindo 3000, hablo con Blanquita, la secretaria, y es ella quien me presenta a Andrés Chadwick. Entro y Plá se va. Nos dice que nos dejará hablar solo”, dice E.R.
¿Qué pasa tras este intercambio de información?
Él me dice que esto lo debíamos hacer rápido y que tiene un fiscal amigo.
¿Un fiscal amigo?
Sí, tal cual. Me dice que tiene un fiscal amigo, muy amigo, porque fue senador o diputado (por la región de O’Higgins). Chadwick me dijo que tenía un fiscal muy amigo en Rancagua, que iba a hablar con él y me conseguiría una entrevista para entregar todo. Ahí me conseguiría que me dejaran como testigo protegido.
¿Qué pasa luego de esa reunión?
Chadwick le dice a Isabel Plá que me lleve a Rancagua. Ahí es cuando yo me entero que es Emiliano Arias quien me recibirá y que no era un fiscal común y corriente, sino que el fiscal regional. Me atendió él y el fiscal Moya. Isabel Plá se quedó afuera. Estuvimos unas dos horas en esa reunión.
¿Y qué pasa en la Fiscalía Centro Norte, de Santiago?
Me presentan a Omar Mérida, el fiscal. Ahí entrego información; ellos no tenían nada, ningún caso concreto. Mérida me dice que nos olvidemos de los mapuche, que a él le interesaba la Villa Francia. Necesitaba saber dónde estaba el barretín de Ramiro; él sabía que yo tenía información.
¿Qué te pedía que hicieras respecto de Villa Francia?
Que estuviera ahí, que me metiera para que lo fuera informando. Eso fue en 2017 y parte de 2018. En ese transcurso, queda el cagazo con la Operación Huracán. De hecho, la última acción que yo realizo, es una bomba de contacto.
¿Te pidieron accionar una bomba?
Los carabineros me lo piden por Mérida. Me dicen que el fiscal dijo que necesitaba que yo pidiera que me preparan una bomba y que ellos me indicarían dónde ponerla, que filmarían y me pasarían los materiales. Los carabineros me siguieron en todo momento y me dijeron que la dejara en una plaza, en Las Rejas. Hubo una detonación controlada y luego se la llevaron al Gope de Cerrillos y ahí analizaron el material y recuerdo que dijeron que tuvo una reacción positiva, una explosión positiva. Estaba Mérida ahí.
¿Te explicaron el objetivo de esta acción?
Nunca lo hacen.
¿Por qué decidiste hacerlo?
Porque todo lo que me piden lo condicionan a quitarme la protección y eso impactaba a mi familia.
¿Cuánto tiempo duró eso?
Se supone que estoy así hasta ahora, pero nunca más pasó nada. Lo fui a buscar a la fiscalía, pero no me atendió; lo lo llamé a su teléfono personal y le pregunté hasta cuándo iba a estar en esta situación. Pero me dejó botada. Ahora volví a hacer público este tema. Pero no he tenido respuestas.
En un país serio, lo lógico sería investigar esta denuncia a fondo ya que es algo gravísimo, que de comprobarse su veracidad llevaría a Chadwick a la cárcel. Sin embargo, lo más seguro es que tapen esto con tierra, tal como ya lo hicieron con el pacto de impunidad para no levar a ningún político a la cárcel en los casos Penta y SQM, como taparon la nueva manipulación de las cifras del IPC realizada por Piñera o el silencio sobre los 250 millones del Estado que le regaló a la empresa de su hijo