A propósito de los 3 años de cárcel efectivos que recibió el ex alcalde de Providencia, histórico militante de la UDI y actual dirigente del movimiento fascista de José Antonio Kast, Cristián Labbé, recordaremos la entrevista que dio el ex conscripto Héctor Patricio Salvo, quien denunció todas las brutalidades que cometía Labbé en el regimiento de Tejas Verdes. Notas de Cooperativa y La Segunda detallan:
Héctor Patricio Salvo (hoy de 65 años) dice que a principios de diciembre de 1973 bajó por única vez al subsuelo del casino de oficiales de la Escuela de Ingenieros Militares «Tejas Verdes», en San Antonio. El lugar donde, según varios testimonios, se torturaba y ejecutaba a detenidos. En ese sitio, asegura, vio al ex alcalde de Providencia y coronel en retiro, Cristián Labbé. Así lo declaró dos veces ante la ministra en visita, Marianela Cifuentes, y lo reiteró en un careo con el propio Labbé, a fines de junio pasado. Su testimonio fue clave para que la jueza decidiera detener y procesar al ex edil por asociación ilícita en el secuestro y muerte de 13 personas.
En 1973 era un aspirante a oficial de 19 años, comandaba la agrupación de patrullaje nocturno, adosada a Inteligencia Militar. Su labor lo mantenía gran parte del día en terreno, a lo que se sumaban prohibiciones expresas. «La Escuela de Ingenieros estaba literalmente en la vereda del frente. Había un trecho que no podíamos cruzar, se nos prohibió y menos mal que se nos prohibió. Así como entrar a ciertos sectores también».
Fue sólo en esa ocasión, diciembre de 1973, cuando el mayor Mario Jara Seguel -entonces brazo derecho del jefe de la Dina, Manuel Contreras, lo instó a acompañarlo al subterráneo. Salvo relata que «abajo me presentaron a este caballero. ‘El es el teniente Cristián Labbé y nos viene a ayudar’, me dijo Jara. No pregunté a qué», recuerda. En el lugar, según su testimonio, había unos cinco detenidos, «botados en el suelo, muy agotados». Uno, rememora, intentó moverse y el propio Labbé le dio un tacazo en la espalda. «No fuerte, pero lo golpeó», señala. Reflexionando años después, Salvo cree que su visita al subterráneo fue un intento por empezar a sumarlos a esas prácticas y «de a poco irnos acostumbrando».
Pero nada de eso pudo ocurrir, por un accidente que cambió su vida para siempre: a fines de diciembre de 1973, en un patrullaje, volcó y sufrió una grave lesión de columna cervical que lo dejó tetrapléjico. Hasta hoy recibe una pensión del Ejército como ex conscripto y es atendido en el Hospital Militar. Desde marzo vive en una casa de asistencia. Recuerda que cuando escuchaba noticias de Labbé, como alcalde, pensaba: «Él tiene que estar procesado, cómo puede ser. Siempre tuve la duda, porque en los lugares que él andaba, que él rondaba, se torturaba y ejecutaba gente».
«Fue testigo de torturas y además fue instructor de producir dolor. En qué punto producir dolor, dónde producir más dolor aún. Él fue a hacer un curso de educación física a Brasil, sabe muy bien dónde aplicar dolor. Entonces él tiene que haber enseñado esta cosa, cómo producir dolor, dónde producirlo más»
«Lo más brutal que he escuchado en mi vida es Tejas Verdes. La gente llegaba de la tortura y de repente corrían los ratones y había gente muerte junto a ellos, a una de las víctimas lo torturaron tanto que un día se va a sacar los zapatos y se le sale la planta del pie. Qué decir de las mujeres, son maravillosas para ellos porque son carne de primera. Lo primero son la violación. También a hombres, que no se atreven a plantearlo»
Imaginen lo fraudulenta que es nuestra democracia y la impunidad que promovió la Concertación, que UN TORTURADOR DE LA DICTADURA, el peor delito que se puede cometer, estuvo 30 años siendo alcalde por la UDI… Que más encima la Derecha siga defendiendo a Labbé es la mejor evidencia que son un peligro para la democracia