Podemos apostar que cualquier persona no cuica, envuelta en la situación del zorrón de Malasia que mató a una mujer trans, escapó de la justicia y abandonó a su amigo, trataría de pasar lo más piola posible esperando que todo quede en el olvido. Pero tal como vimos con Carlos Larraín diciendo que su familia fue «la gran perjudicada» siendo su hijo asesinó a una persona, los cuicos no pueden soportar que algo no sale como ellos quieren, y sienten la necesidad de restregarles sus privilegios en la cara al resto. Este es el caso de Felipe Osiadacz, que en vez de tratar de pasar piola, sin pudor alguno se sigue victimizando, donde más encima ESCRIBIRÁ UN LIBRO Y HARÁ CHARLAS MOTIVACIONALES. Una nota de La Tercera señala:
- ¿Saben qué? Dentro de todo, sería una buena obra que este zorrón denunciara las deplorables condiciones de las cárceles, y es que si ya es un castigo que te quiten la libertad, es completamente inhumano que lo hagan en cárceles insalubres… PERO ESTE ZORRÓN DEJA EN CLARO QUE DENUNCIARÁ LAS CÁRCELES DE MALASIA Y NO LAS DE CHILE… Que haga algo bueno por su vida y se de una vuelta por las cárceles chilenas, verá que son iguales e incluso peores a las de Malasia.
- Hagamos un ejercicio: ¿Ustedes creen que un lanza internacional tendría tanta tribuna en los medios después de matar a una persona, una editorial dispuesta a publicar su libro y la oportunidad de hacer charlas motivacionales? Ahí tienen un nuevo ejemplo de los privilegios que tienen los cuicos sólo por ser cuicos.
- Lo que están haciendo La Tercera y Canal 13 se llama «Himpathy», que es la estrategia para identificarnos con el hombre (him) y nos obligan a simpatizar de forma excesiva con él, convirtiendo progresivamente al perpetrador en víctima. Por ejemplo, al trasladar nuestra preocupación por su futuro, contemplándole como un ser vulnerable, alejamos el foco de quien ha sufrido, quitamos importancia al daño causado y relativizamos la dimensión real del problema. En este caso, matar a una mujer trans, escapar de la justicia, abandonar a su amigo y no tener pudor para venderse como víctima.