¿Recuerdan la noticia falsa que publicó La Tercera sobre que extranjeros habían quemado las Estaciones del Metro? ¿La misma por la cual tuvieron que pedir disculpas? Bueno, resulta que ahora se supo que todo había sido coordinado por una orden del gobierno. Primero por una investigación de Interferencia, y luego por la denuncia que hicieron los mismos periodistas de La Tercera (Copesa). Notas de El Filtrador e Interferencia detallan:
Durante el fin de semana el gobierno hizo circular una minuta que señalaba que tenía un detenido en su poder por los ataques del Metro de los primeros días de las protestas y que había evidencia de la participación de ciudadanos venezolanos y cubanos en los hechos que motivaron la declaración de guerra por parte de Sebastián Piñera el domingo antepasado. Los datos fueron publicados por La Tercera el lunes 28 de octubre de 2019 con llamado en la portada del periódico, y resultaron ser nitroglicerina pura que estalló en la redacción.
INTERFERENCIA contactó a casi una decena de profesionales del diario. A través de estos testimonios se pudo establecer la existencia de dicha minuta (la cual fue incluso ofrecida a nuestro periódico), la que -según varios testimonios- llegó a La Tercera el día domingo de manos de su director, José Luis Santa María, quien pauteó los términos del artículo a eso de las 19:00 horas, el cual quedó a cargo de la edición y cierre por parte del subdirector Víctor Cofré. El artículo en cuestión apareció en las primeras ediciones del lunes de La Tercera, firmada por uno de los periodistas del diario, pero en las ediciones posteriores -la que está online y fue impresa para Santiago- la firma correspondió a «Equipo de La Tercera». Al otro día, a las 21:15, el diario publicó un desmentido de la nota, en la que se excusa por no corroborar la información y en la que enfatiza que no quiso generar un clima de xenofobia.
Según cuentan varias fuentes, durante las protestas aparecieron situaciones que tienen molestos a los periodistas. Se habla de textos preseteados, cuyo foco ya está fijado desde antes de reportear o textos que son diametralmente alterados en la edición, respecto de los originales. Incluso se habla de censura, como fue en el caso de la cobertura de la Gran Marcha del 25 de octubre, en la cual se asignó un equipo completo para sondear la opinión de los manifestantes, pero cuyo resultado nunca vio la luz. Se habla de un «divorcio» entre lo que los periodistas ven y recogen, y lo que aparece en las páginas del diario.
La revuelta que enfrentó La Tercera contrasta con la calma de El Mercurio. El día domingo 27 de octubre, un día antes de la publicación de La Tercera, en la página C6 del diario de la familia Edwards, un artículo de un tercio de página estuvo dedicado a una materia similar, el que se titula en condicional: Existirían elementos para identificar un presunto autor de red de Metro. La bajada de la nota, que es el texto que complementa el título, dice: «También aseguran que se analiza una eventual arista extranjera en los hechos de violencia». La nota refuerza la idea de un ataque coordinado y la presencia de twitteros activistas en favor de las manifestaciones provenientes de Venezuela y Rusia. El mismo lunes 28 de octubre, el fiscal del caso, descartó la presencia de extranjeros en los ataques del Metro.
Esto en un contexto en que existen antecedentes que permiten pensar en que el gobierno desde el domingo 20 de octubre está creando la idea de la existencia de un enemigo con poder suficiente como para justificar las decisiones políticas que han significado una represión que ha costado a la fecha al menos 20 muertos, 1.233 heridos, 110 personas que acusan torturas, de las cuales 18 dicen haber recibido violencia sexual o violaciones, y 3.712 detenidos
Tras esta polémica en que se vio envuelto el medio y sus trabajadores, el Sindicato N° 3 de periodistas y afines del Grupo Copesa, emitió un comunicado en el que manifiestan que, como organización, acogieron las inquietudes de sus asociados respecto del tratamiento de las informaciones emanadas de la dirección y editorías. Para ello, convocaron a una asamblea para analizar la situación actual de sus asociados y con el fin de recoger planteamientos desde la propia voz de los afectados. En dicha reunión, el sindicato recibió antecedentes que afectarían el trabajo de los redactores, aludiendo a la complicada situación que vivió la semana recién pasada el periodista Sebastián Vedoya, autor de la crónica publicada por el matutino en todas sus plataformas bajo el título “Policía identifica a uno de los autores de incendios en estaciones de metro”. Según declara la organización sindical, se les informó que el periodista recibió una instrucción directa del director del medio para elaborar la nota en base a un documento que poseía el ejecutivo.
La nota, que fue altamente cuestionada por su contenido y tildada por un fiscal como “falsa”, provocó que el profesional fuera víctima de una violenta campaña de insultos y odio a través de las redes sociales. “En ese contexto nos correspondió entregar nuestro apoyo y solidaridad al citado profesional (Sebastián Vedoya), más todavía si el propio diario reconoció que la publicación de la mencionada crónica había sido una “falla”, asumiendo la responsabilidad del error en el manejo editorial”, precisa el escrito. Por otra parte, se detalla, además, que se manifestó que en algunas secciones del diario existe una práctica sistemática, que se realiza a través de “instrucciones verbales emitidas por los editores y responsables de medio escrito, de restringir el derecho que tienen los periodistas a no firmar notas o reportajes que hayan sido alterados más allá de lo que se encuadra en el trabajo de edición”, expresa.
En la asamblea, además, el sindicato denunció que “en algunas secciones ha existido la práctica habitual de exigir a los periodistas que sustenten y publiquen determinadas tesis instruidas por directivos de medio, incluso si éstas se contradicen con el trabajo de reporteo que realizan los mismos periodistas”. En ese mismo contexto, se puntualiza que en una de las jornadas de manifestación se envió a un grupo de reporteros a recoger la opinión de los ciudadanos, material que posteriormente no fue publicado.
EL COMUNICADO PUBLICADO POR EL COLEGIO DE PERIODISTAS
- Esto es un escándalo. Que en el mayor estallido social de la historia un gobierno que viola los Derechos Humanos y tiene apenas un 9% de aprobación esté manipulando a la prensa es un atentado a la Democracia. ¿Ven que la Derecha no puede volver a gobernar nunca más?
- Los medios tradicionales y en especial los canales de TV hace rato que venían siendo cuestionados, sin embargo, en este estallido social terminaron de morir. No tienen credibilidad alguna y se comprobó que mienten para beneficiar al poder. Por suerte aún tenemos muchos periodistas decentes que les interesa la verdad y se pusieron del lado correcto de la historia.