Hagamos un resumen de las graves violaciones a los Derechos Humanos cometidas por los agentes del Estado bajo el gobierno de Piñera: Han asesinado oficialmente a 23 personas, hay más de 3.000 personas heridas por protestar, 157 personas han perdido sus ojos por los disparos intencionales de Carabineros, hay 133 querellas por torturas, 19 querellas por violación, niñas baleadas, niños abusados, se demoraron 3 días en convertir el Metro Baquedano en un centro de tortura, y se comprobó que los militares asesinaron personas y las quemaron para esconderlo… Siempre hemos sabido que la Derecha desprecia al pueblo, pero pensábamos que «al menos» lo hacían dentro de principios democráticos, lo terrorífico es comprobar que, nuevamente y al igual que en Dictadura, están dispuestos a matarnos para prevalecer.
En todas las crisis y estallidos sociales sociales que ha enfrentado el mundo en su historia, siempre hubo derechistas que, a pesar de su ideología, no dudaron en defender la Democracia en vez de abrazar el fascismo. El problema es que en Chile, NINGÚN político de derecha ha cuestionado la masacre realizada por Piñera, ninguno ha denunciado las violaciones a los Derechos Humanos y todos, incluyendo a los farsantes de Evópoli, se han plegado al peligroso discurso de guerra contra la Clase Trabajadora de Piñera, ignorando las demandas de fondo, tratando de delincuentes a las personas que protestan, y defendiendo con uñas y dientes el modelo neoliberal chileno que sólo beneficia a los más ricos.
La entrevista Mega a Piñera y las declaraciones de toda la Derecha en general, terminan de demostrar que jamás cambiaron, siguen siendo los mismos pinochetistas que realizaron un genocidio para aplastar al pueblo. Y ahora, prefirieron hundir el país completo antes que hacer cambios estructurales al modelo neoliberal chileno que generó el estallido social. La conclusión es una sola: La Derecha no puede volver a gobernar nunca más en la vida. Nuevamente demostraron que están dispuestos a matarnos con tal de no perder sus privilegios y seguir gobernando para el 1% más rico.