¿Recuerdan que el Colegio Médico denunció que Carabineros le estaba echando tóxicos al agua del guanaco que provocaban quemaduras químicas? Bueno, resulta que ante toda la evidencia, a los pacos infelices no les quedó otra que reconocerlo, señalando que más encima cada carro podía ponerle más o menos tóxicos sin ningún control. Una nota de El Desconcierto señala:
La gran pregunta con la que la comisión de Derechos Humanos del Senado sesionó este lunes fue si el líquido con el que el carro lanzaaguas que usa Carabineros para dispersar a los manifestantes provoca quemaduras en la piel de la gente. La prueba más gráfica de la hipótesis la mostró el Colegio Médico, por medio de los doctores Enrique Morales (presidente del departamento de Derechos Humanos de la institución) y Roberto Macchiavello (cirujano del departamento de quemados del Hospital de Urgencias Asistencia Pública, ex Posta Central). Todos estos casos, según los profesionales, subieron cuando se detuvo el uso de balines (22 de noviembre).
“Los pacientes se están quemando con esta agua”, dijo el doctor Macchiavello durante su exposición: “Y las quemaduras químicas son graves”, agregó para hacer la distinción con las reacciones alérgicas, como se podría presuponer. “Son quemaduras que dejan secuelas; son importantes porque están en el GES, porque afecta a la gente joven en su capacidad laboral”, precisó. “No sabemos cómo tratarlas, no es algo frecuente y hoy en día estamos viendo una explosión de casos y, revisando la literatura, es algo que no se había dado en el mundo. Parece el caso de los balines”, agregó después.
Según sus datos, las quemaduras químicas representan cerca del 1% del total de los casos en el país. La cifra de estos casos que han llegado las últimas semanas ha aumentado significativamente (en el Colegio Médico constatan la afirmación, pero no han podido hacer un porcentaje de ello). Y la exposición a los químicos no es de efecto inmediato en la piel: es decir, son personas que estuvieron expuestas al líquido y que no se acercaron a los centros médicos sino hasta varios días después del contacto, cuando se hizo visible el daño. Ese contexto provoca que lo disuasivo con el que se usa quede subordinado a los efectos de largo plazo y permanentes.
Los casos que se han reportado son de grado intermedio o segundo grado (considerando que la quemadura de primer grado es la que surge tras estar mucho tiempo expuesto al sol). Lo que implica que puedan dejar secuelas estéticas (cambios de coloración en la piel, que suelen verse más en los rostros o el cuello); o las funcionales (que deja cicatriz y afectar a largo plazo). Y más característico aún han sido las quemaduras circulares en la cadera (como si estuviese empapado el cinturón) y tobillos (misma condición pero para calcetines).
Cuando el jefe de la zona de control de orden público e intervención de Carabineros, general Jorge Ávila, le tocó explicar la composición del agua que usa el carro (que no podía ser revelado por Ley de Transparencia dada la condición de “Seguridad del Estado”), detalló que son dos estanques: uno de agua potable (“como la de los grifos”, detalló ) y otro con CS (Ortoclorobencilidenmalononitrilo). El CS, en altas dosis y a exposición prolongada, puede generar las quemaduras que constató y de las que dio cuenta el Colegio Médico. Pero según el general Ávila, la proporción de CS que tiene el “tango-lima” es de entre 12% a 15% por litro de agua, que es el estándar internacional.
La química del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar), Carla Hidálgo, señaló que hicieron un experimento con el mismo CS que usan en las calles: “Recortamos trozos de piel de cerdo bien pelada y colocamos CS diluido y en polvo y los sometimos a los trozos de cuero. Los sometimos de 10 de la mañana a 18:00, tomando temperatura al sol y a la sombra. Ese día, la máxima fue de 32 grados. Efectivamente tuvimos quemaduras y ampollas en el CS concentrado luego de cuatro horas de exposición. En los casos diluidos, las heridas fueron menores. Lo que nosotros probamos es que efectivamente el CS produce quemaduras en altas concentraciones o cuando tuvo alto tiempo de permanencia en la piel: gente que no se sacó el zapato o el calzoncillo, siempre y cuando esta persona no se lave o no se trate. Pero las dosis de CS que se usa en esta mezcla es muy bajo para producir quemadura”.
Ahora bien, el operador del chorro de agua del “guanaco” recibe órdenes de un oficial “que dice proceda con agua pura o proceda con agua mezcla”. Confirmó también que: “No tenemos la certificación que el agua mezclada se usó en tal nivel para tal operación”. Para el doctor Morales (quien además es dermatólogo), lo que se está utilizando “no es solo agua de la llave ni agua con CS. No es posible que tantas personas puedan ser quemadas de esta manera. En la posta central se tuvo que hacer protocolo específico a partir de personas con quemaduras. Está ocurriendo en distintas zonas del país. Alguien no está cumpliendo las órdenes o alguien no está diciendo la verdad”, cerró Morales su intervención. Y es que es ese, finalmente, el principal problema: los profesionales de la salud que están atendiendo estos casos no están al tanto de lo que se está usando porque, según sus conocimientos, las consecuencias no se condicen con lo expuesto por Carabineros.
Esto demuestra dos cosas: Carabinero no busca “dispersar” a las personas y lo que busca es hacerles daño por protestar. Y que más encima los pacos no respetan ningún protocolo ya que se mandan solos. Carabineros no puede sobrevivir el estallido social, demostraron ser una organización criminal llena de psicópatas que representan un peligro para la sociedad