El día de ayer, terroristas de ultraderecha vinculados a José Antonio Kast atacaron con bombas molotov al alcalde Daniel Jadue mientras se encontraba en una iglesia llena de personas, y Sebastián Piñera, el mismo que la semana pasada habló de “condenar a los que no condenaran la violencia”, simplemente no condenó el ataque, tal como tampoco lo hizo con los cuicos terroristas que compraron un AK-47. Y ése es precisamente el absurdo del discurso de la “violencia” de la Derecha, porque llevamos 4 meses de estallido social, y toda la derecha repite como loros que «hay que condenar la violencia» pero ellos jamás la condenan cuando los atacantes son cuicos, la ultraderecha o Carabineros, que es lo ocurre el 98% de las veces.
El régimen de Piñera ha asesinado a más de 20 personas, 360 personas han perdido sus ojos por los disparos intencionales de Carabineros, hay 700 querellas por torturas, 150 querellas por violación, 4 organismos internacionales han denunciado graves y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos en Chile, y la misma Derecha que se llenaba el hocico con los DD.HH en Venezuela, lleva 4 meses haciéndose la weona con los crímenes de lesa humanidad que están ocurriendo en Chile. Por lo tanto, la Derecha no tiene moral alguna de llamar a «condenar la violencia». Hace rato que dejaron en claro que para ellos hay personas de primera y segunda categoría. O mejor dicho, que simplemente no les interesa la vida del pueblo prefieren matarnos antes que dejar de gobernar para los Grandes Empresarios. Ni hablar de la violencia estructural de vivir en un país donde si te enfermas te mueres y te tienes que endeudar para sobrevivir, esa violencia incluso la apoyan.
El tema de fondo es entender que cuando la Derecha habla de «paz social», lo que en verdad quiere decir es “el silencio de los explotados”, ya que ellos sólo condenan la violencia cuando es en contra de sus intereses. Como dijo el académico Carlos Pérez: “Yo creo que la discusión sobre la violencia es de una hipocresía realmente galopante, yo lo he dicho muchas veces de esta manera. Las clases dominantes llaman paz a los momentos en que ellos van ganando la guerra, pero cuando nosotros tratamos de resistir, entonces hablan de violencia, apenas se ven amenazados hablan de violencia. La violencia es siempre la de los que resisten, nunca es la de ellos; la miseria en los hospitales, la destrucción de la educación pública, la miseria de las jubilaciones, el abuso de las leyes antiterroristas, no es violencia para ellos, la violencia es la de la resistencia”