Considerando que en Asia y Europa el Coronvirus llegó dos meses antes, Chile la tenía bastante fácil a la hora de ver qué fue lo que funcionó o no para combatirlo. Siendo parar el país por 10/15 días cuando aparecieran los primeros casos la mejor forma de enfrentarlo, ya que fue la manera más efectiva de aplanar la curva de contagio. Sin ir más lejos, es algo que hicieron nuestros vecinos Perú y Argentina.
Por todo lo anterior, lo ÚNICO que tenía que hacer Piñera era parar el país completo a partir del 9 de marzo. Si lo hubiera hecho se habría lucido y de manera increíble habría recuperado toda la credibilidad que perdió con el estallido social. Pero no paró el país, siguió los consejos de los grandes empresarios en vez de la comunidad ciéntífica, y ahora encabezamos las cifras de contagio del Coronavirus a nivel continental, donde vamos directo a ser como Italia, un país que no paró durante los primeros casos y ahora están completamente arrepentidos.
La pregunta es obvia: ¿Por qué Piñera querría generar una crisis sanitaria que provocará la muerte de miles de personas intencionalmente? A estas alturas es difícil saberlo, porque la explicación de favorecer a los grandes empresarios tiene su lógica en una visión cortoplacista, ya que a largo plazo una crisis sanitaria paralizará aún más tiempo la economía. Militarizar el país es otra respuesta. Pero la explicación más posible, es que sea simplemente por venganza en contra del pueblo.
Recordemos que el Estallido Social enterró cualquier esperanza de querer ser recordando como “un estadista y un líder internacional”, legado con el que estaba obsesionado, y ya todo el mundo sabe que es un violador de los DD.HH. Que este sociópata nos quiera matar con una pandemia, no sería de extrañar si consideramos que en 5 meses de crisis social no presentó NINGUNA reforma estructural siendo su ÚNICA respuesta aumentar la represión en contra del pueblo. Sea como sea, Piñera fomentó intencionalmente una pandemia y su único destino será terminar en la cárcel. También sus ministros por ser cómplices activos, y todos los que lo respaldaron una y otra vez cuando su locura ya era evidente.