Hoy, en un nuevo capítulo de nuestra sección: “El fanatismo religioso es un peligro para la sociedad”, el obispo evangélico de Estados Unidos Gerald O. Glenn, que no respetó la cuarentena y siguió haciendo misas en plena pandemia argumentando que “Dios era más grande que el Coronavirus”… Finalmente murió de Coronavirus. Una nota de Radio Bío Bío puntualiza:
A los 66 años, y tras negarse a suspender servicios religiosos porque “Dios es más grande que este temido virus”, murió Gerald O. Glenn, obispo de la Iglesia Evangélica Nueva Liberación de Virginia (EEUU), justamente por coronavirus, el patógeno al cual le bajó el perfil en vida. Su postura fue conocida el 22 de marzo cuando, a través de un sermón publicado en redes sociales, y posteriormente borrado, el hombre desafió a las autoridades y precisó que dejaría de predicar solo si terminaba “en el hospital o en la cárcel”, según recogió la prensa local.
.
¿Terminamos de entender que el fanatismo religioso es un peligro para la sociedad? Una cosa es tener una fe determinada, otra muy diferente obviar la ciencia y arriesgar la vida de las personas. Los fanáticos religiosos se comportan como una secta, y eso no puede ser permitido