El peor y más inepto gobierno de la historia continúa demostrando que jamás “se prepararon desde enero” como dice constantemente Piñera, y como más encima no siguen criterios científicos, simplemente están improvisando “a lo que salga” en plena pandemia. Un nuevo ejemplo de esto es que compraron un millón de test de coronavirus de dudosa calidad que genera falsos negativos. Es decir, que no detectan el Covid-19 permitiendo a las personas seguir contagiando a medio mundo. ¿El costo de la gracia? 8.900 millones de pesos. Un completo artículo de Ciper detalla:
El 19 de marzo el Ministerio de Salud (Minsal) emitió una orden de compra para adquirir un millón de kits de detección de Covid-19. A esa fecha el número de contagiados en Chile llegaba a 341 y la estrategia del gobierno apuntaba a aumentar el número de testeos y de laboratorios que puedan procesarlos para hacer un buen seguimiento de la evolución de la pandemia. Las decisiones de aplicar o levantar cuarentenas y las proyecciones del avance del virus se basan en las estadísticas que arrojan estos exámenes a diario, por lo que calidad de los test es clave para tomar medidas con información de calidad.
El gobierno ha hecho un esfuerzo significativo en esta área. Pasó de solo cuatro laboratorios que al comienzo de la emergencia podían procesar estos exámenes a cerca de 50 que se han habilitado en todo el país. Pero este empeño puede ser inútil si los insumos que se entreguen a los laboratorios presentan defectos. Y eso, precisamente, es lo que señalaron a CIPER diversos bioquímicos, infectólogos, funcionarios de laboratorios habilitados y la Sociedad Chilena de Infectología. La información proporcionada por estas fuentes indica que el millón de kits comprados el 19 de marzo presentan dos problemas:
Las “tórulas” (el “cotonito” largo que se inserta por la nariz y que debe llegar hasta la garganta) son demasiado rígidas, por lo que el cuerpo del paciente rechaza el examen. Esto puede provocar una toma de muestra errónea (que no alcance el punto preciso donde se debe extraer mucosidad) y conducir a un “falso negativo”. El “medio de transporte” que trae el kit (el líquido en el que viaja la muestra al laboratorio) viene en poca cantidad, lo que ha obligado a algunos laboratorios a “rellenar” los frascos con más sustancia. Ese millón de kits se compró en $8.900 millones (incluyendo IVA) y es la gran apuesta del Minsal para proveerse de insumos que permitan realizar exámenes a lo largo del país sin temor al quiebre de stock que ya entonces se evidenciaba en todo el mundo.
Los kits se compraron a la empresa Genosur, la que en el proceso de compra operó con el nombre de Bioquímica.cl S.A., una compañía que cuenta con el apoyo de fondos para la innovación de Corfo y que es parte de ProChile, la iniciativa que impulsa emprendimientos chilenos en el extranjero. Genosur opera en Chile y en Miami. Pero los problemas empezaron a los pocos días de concretarse la compra, cuando el Minsal comenzó a entregar los kits. Fue ahí cuando los médicos que los usan alertaron que no eran óptimos y que sus características podrían elevar el número de “falsos negativos”, es decir, que el examen descarte el contagio de Covid-19, pero que ese dato sea incorrecto. El riesgo es que la persona, basada en ese resultado, siga expandiendo el contagio en su entorno. Y, además, que el gobierno se base en estadísticas incorrectas para tomar decisiones de salud pública.
Los primeros reclamos desde los laboratorios fueron notificados al Minsal a fines de marzo. El 30 de ese mes quedó en el acta del Consejo Asesor creado por el gobierno para enfrentar la pandemia, la preocupación por los tests PCR para detectar el virus. En ese documento se subrayó la importancia de resguardar la calidad de la muestra: “El RT-PCR tiene limitaciones importantes, tales como la dependencia de la calidad de la muestra y la temporalidad con la que se obtiene (…) el rendimiento de la técnica depende de la carga viral en las secreciones nasofaríngeas, la que tendería a declinar en el curso de la enfermedad”. En las reuniones entre la Mesa Social Covid-19 y el gobierno se tocó el tema de los problemas en los laboratorios por la falta de “tórulas” y “medio de transporte”. Así quedo plasmado en las minutas de la Mesa Social del 31 de marzo y 3 de abril. El 2 de abril, se sumó una declaración de la Sociedad Chilena de Infectología:
“Algunos laboratorios han recibido kits adquiridos por el Ministerio de Salud para toma y transporte de muestras para realizar RT-PCR, insumos que no cumplen con los requisitos para una adecuada toma de muestra que asegure el buen rendimiento del test”. Dos semanas después, varios laboratorios de la red pública que procesan los exámenes se sumaron a los reclamos. Otra de las objeciones que se hacen en los laboratorios es que los kits adquiridos por el Minsal no están certificados por el Instituto de Salud Pública (ISP), aunque el proveedor de los equipos señaló a CIPER que cumplen con certificaciones internacionales y que en Chile no la tiene aún a la espera de que se promulgue la llamada Ley de Fármacos II. En el Minsal, en tanto, explicaron que la certificación internacional es suficiente.
Además, CIPER detectó que en el mercado hay productos similares que se ofrecen por un tercio del valor pagado en esta compra. El proveedor de los kits aseguró que la diferencia se debe a que en su dispositivo la sustancia que se usa como “medio de transporte” es más segura, estable y no requiere cadena de frío. Esa explicación fue avalada por la respuesta que envió el Minsal a la consulta de CIPER. En lo que coinciden todos los infectólogos, bioquímicos y médicos con los que conversó CIPER, y que han debido utilizar los kits de detección adquiridos por el Minsal, es que las tórulas son rígidas, lo que hace imposible obtener una “muestra nasofaríngea” (por la nariz).
Un médico de un hospital de Santiago, que ha tenido que tomar muestras con los insumos enviados y que pidió la reserva de su identidad, lo explica así: “Si con estas tórulas intentas tomar una muestra nasofaríngea hay una alta probabilidad de que le causes daño al paciente”. Esto, dice, porque la rigidez provoca una reacción automática de defensa del cuerpo que rechaza la tórula, lo que hace imposible tomar el examen de la manera recomendada. “La muestra podría generar falsos negativos porque la tórula no sirve para tomar la muestra como lo recomienda la OMS y también el ISP”, aseguró la misma fuente. Un bioquímico que trabaja en un laboratorio del sur del país agregó que las mayores concentraciones del virus se encuentran en las mucosidades que se ubican en la zona final que puede ser alcanzada en un examen nasofaríngeo. Hasta ahí, explicó, se puede llegar muy bien con las tórulas flexibles que se entregaron inicialmente, pero no con las rígidas que están recibiendo ahora.
En esto coincide la Sociedad Chilena de Infectología: “Tórulas rígidas no aptas para una adecuada toma de muestra (no logran acceder a la nasofaringe sitio ideal para la obtención de muestra representativa. Con esto se arriesga a resultados que pueden ser falsos negativos, si la muestra que se obtiene es de mala calidad)”, aseguró en su declaración del 2 de abril. La recomendación de la OMS para estos exámenes es utilizar dos tórulas al momento del test, una por la nariz y otra por la boca. Eso hoy no se está aplicando en Chile con las tórulas más rígidas que se compraron. Una fuente del Servicio de Salud Metropolitano Occidente señaló a CIPER que algunos hospitales han optado por tomar el examen utilizando solo una tórula que se introduce por la boca, lo que incumple con las recomendaciones de la OMS.
A la autoridad sanitaria también le han reclamado por tórulas que se “desarman” al analizar las muestras. Un microbiólogo explicó a CIPER que eso puede ser un problema grave en los laboratorios que procesan con equipos automatizados: “Cuando se va a procesar el examen y la tórula se empieza a desarmar al interior del tubo donde viene la muestra, eso deja restos de la tórula en suspensión, y eso tapa todas las microjeringas de los equipos automatizados”. Otra de las objeciones al kit distribuido por el Minsal es la cantidad y calidad del “medio de transporte” (el líquido en el que viaja la tórula con la muestra al laboratorio). Funcionarios de varios laboratorios señalaron a CIPER que no está acreditado por la autoridad sanitaria. En eso coinciden los infectólogos: “Los componentes no se precisan y no cuentan con el respaldo adecuado de la literatura para asegurar su desempeño”.
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El Régimen de Piñera literalmente está haciendo TODO MAL durante esta pandemia y las cifras que entregan no tienen ningún sentido estadístico comparado con otros países. O somos el pueblo elegido o están manipulando los datos de manera grosera y escondiendo los muertos.