Considerando que en Asia y Europa el Coronvirus llegó dos meses antes, Chile la tenía bastante fácil a la hora de ver qué fue lo que funcionó o no a la hora de enfrentar la pandemia. Siendo parar el país por 20/30 días cuando aparecieran los primeros casos la mejor forma de enfrentarlo, ya que fue por amplio margen la manera más efectiva de aplanar la curva de contagio. Sin ir más lejos, es algo que hicieron nuestros vecinos Perú y Argentina.
Por todo lo anterior, lo ÚNICO que tenía que hacer Piñera era decretar cuarentena total a partir del 9 de marzo. Si lo hubiera hecho se habría lucido y de manera increíble habría recuperado toda la credibilidad que perdió con el estallido social. Pero no paró el país, siguió los consejos de los grandes empresarios en vez de la comunidad científica, y ahora estamos al borde de una crisis sanitaria debido a que el coronavirus está fuera de control, donde vamos directo a ser como Italia, un país que no paró durante los primeros casos y ahora están completamente arrepentidos.
La pregunta es obvia: ¿Por qué Piñera querría generar una crisis sanitaria que provocará la muerte de cientos de personas intencionalmente? A estas alturas es difícil saberlo, porque la explicación de favorecer a los grandes empresarios sólo tiene lógica en una visión cortoplacista, ya que a largo plazo una crisis sanitaria paralizará aún más tiempo la economía. Militarizar el país es otra respuesta. Pero la explicación más posible, es que sea simplemente en venganza por el estallido social y para extender la pandemia el mayor tiempo necesario para frenar las protestas.
Recordemos que el Estallido Social enterró cualquier esperanza de querer ser recordando como “un estadista y un líder internacional”, legado con el que estaba obsesionado, y ya todo el mundo sabe que es un violador de los DD.HH. Que este sociópata ahora nos quiera matar con una pandemia, no sería de extrañar si consideramos que en 5 meses de crisis social no presentó NINGUNA reforma estructural siendo su ÚNICA respuesta aumentar la represión en contra del pueblo. Sea como sea, intencional o no, el único destino de Piñera es terminar en la cárcel. También sus ministros por ser cómplices activos, y todos los que lo respaldaron una y otra vez cuando su locura ya era evidente.