La Derecha chilena como lo conocemos está muerta. Tanto el Estallido Social como la Crisis del Coronavirus destrozaron por completo su ideología política que basaba todo en términos económicos. De hecho, esto explica por qué el proyecto del Retiro del 10% partió a la Derecha en dos: La Social que entendió que es inmoral matar a las personas de hambre en una pandemia, y otra Terrorista Neoliberal que desesperada por defender a los Grandes Empresarios. Cuento corto, el proyecto era apoyado por el 90% del país y fue aprobado con una votación histórica.
Ante este escenario, mientras la Derecha Social comprendió que Chile cambió y que no podrán hacer las cosas que hacían antes, la Derecha Fascista sigue apegada al mismo libreto de los años 70 metiendo miedo con campañas del terror que ya nadie cree. ¿Su último manotazo de ahogado? Decir que “la Democracia está en riesgo porque el pueblo está presionando a los políticos”. Una estupidez que no resiste análisis, considerando que DE ESO SE TRATA LA DEMOCRACIA. Los ciudadanos somos sus mandantes, tenemos todo el derecho a exigirles rendir cuentas.
¿Tildan de “violento” que el pueblo pida explicaciones pero no que los grandes empresarios compren políticos? La Derecha terrorista neoliberal está confundiendo intencionalmente “control ciudadano” con “amenaza a la democracia”. Como bien lo explicó Daniel Matamala: “Una democracia es más fuerte cuando los ciudadanos se involucran en el debate legislativo, hacen valer su opinión, y exigen explicaciones a sus representantes”. Al final, lo que de verdad le molesta a la Derecha Fascista es que el pueblo despertó, está exigiendo sus derechos y, ya no podrán recibir sobornos de los grandes empresarios para defender sus intereses. Si eso no les gusta, significa que jamás han sido demócratas.