En una excelente entrevista realizada por The Clinic, el presidente de RN Mario Desbordes habló largo y tendido sobre su proyecto de Centro-Derecha social al estilo de la canciller alemana Angela Merkel, el que se aleja por completo de la Derecha dura que tenemos en Chile, que sólo existe para defender a los Grandes Empresarios y rechazar todos los proyectos que benefician al pueblo por más mínimos que estos sean. De paso, mató políticamente al fascista José Antonio Kast, tras recordarle que jamás ha trabajado, (fue 16 años Diputado y no presentó ningún proyecto), y que vive gracias a la herencia que le dejaron sus papás multimillonarios. Parte de la entrevista señala:
En el fondo, el tema es cómo proyectamos a la centro derecha para el Chile de los próximos 30 años. A mí me gusta la derecha europea y cómo han incorporado el concepto de solidaridad, de la equidad en temas como la salud y pensiones. Entonces, claro: unos ven el liderazgo de la derecha mundial en Donald Trump. Yo prefiero a la Merkel. Y no es un asunto de personas, sino que hay algo muy profundo detrás de eso. Trump dice: “Mantengamos la economía. Es lo único importante”. Y la Merkel dice: “No pues, paremos la economía. Primero salvemos a nuestra gente”. La discusión de fondo es entre quienes creen en la economía de mercado pura y dura, la de la escuela de Chicago, y los que decimos que se tiene que humanizar el mercado.
Algunos de mis socios de Evópoli, de la UDI e incluso de mi partido, sostenían que no había que hacer nada. Que la crisis se iba a desinflar. Que el problema era la violencia. Yo les decía: “Separemos las cosas. Aquí hay una violencia que tenemos que condenar, pero eso no significa que no vayamos a reconocer y a escuchar al millón y tantos de personas que están en las calles pidiendo cosas razonables”. Cuando yo planteaba eso, algunos decían: “No. No hagamos nada. Esperemos tres o cuatro meses porque esto se va a desinflar solo. Es algo artificial. Es el PC”.
Tenemos un problema de diagnóstico. Un grupo cree que se puede venir el modelo abajo y que tienen que blindarse. Y hay otros que dicen: “Si no hacemos cambios ahora, si no somos capaces de atender las demandas de la gente en salud, educación y pensiones, y de gente que está hasta más arriba de la coronilla con una montonera de abusos, no sólo se va a venir abajo la Constitución. Se va a venir abajo la República”. Esas son las dos visiones que hay en mi sector . Yo me inclino por la segunda.
En mi sector hay un lote duro que cree que todo está bien; que vamos perfectamente encaminados al desarrollo; que no es verdad que hay desigualdad; que no es cierto que el modelo tenga distorsiones. No les molesta que una isapre sea dueña de la clínica, del laboratorio. Consideran que es parte del mercado. Para mí, eso es lo que distorsiona el mercado. Entonces, cuando ves a la señora Teresa Marinovic -a quien nunca había leído porque pensaba que era un personaje ficticio- diciendo lo mismo que dijo Juan Sutil, lo encuentro gravísimo. Ellos defienden el derecho a la libertad, incluso para decidir qué es esencial y qué no en esta pandemia. Sutil dijo que si te gusta pintar cuadros, para ti es esencial que la empresa que vende los oleos, esté funcionado. ¿Qué implica eso? Que el trabajador tiene que ir sí o sí. Por eso no hemos podido salir de esta pandemia. No pueden haber más de dos millones de personas trabajando porque así lo quiere un dueño.
Esa frase de que el Estado no tiene derecho a decirme lo que es esencial, es el abismo de diferencia que tenemos con un sector de la derecha. Es un grupo que considera que su libertad está por sobre todo. Y ahí aparecen los extremos como Sergio Melnick, por ejemplo, que cree que el mundo es Twitter. Esa gente pregona por la libertad absoluta, pero después te dicen: “Ah. No. Usted no puede retirar el 10% de sus pensiones. No. No tiene libertad para eso”. Entonces, chuta, ¿de qué libertad estamos hablando? Porque, además, la mayoría de ellos ni siquiera cotizan en los fondos de pensiones. O hay otros, como José Antonio Kast, que critican a los que viven del Fisco. Yo creo que la única vez que él produjo algo propio fue cuando trabajó para el Fisco como diputado. Porque él vive de la mesada perpetua que le heredaron los papás. Así es muy fácil.