Compartiendo opinión con el FMI, el medio británico The Economist también mandó a la chucha las campañas del terror de la Derecha, señalando que una Nueva Constitución hará a Chile un país más socialdemócrata y con derechos garantizados. Una nota de Cooperativa señala:
El medio británico The Economist realizó un nuevo análisis de la situación actual de la política chilena, asegurando que el resultado del plebiscito constitucional que se llevará a cabo este domingo, puede llevar al país a volverse «más socialdemócrata». En una columna titulada «el trascendental plebiscito de Chile sobre su Constitución», recuerdan que «un año después del estallido de enormes protestas en las que murieron al menos 30 personas, los chilenos volvieron a reunirse. La combinación de civilidad masiva y caos minoritario era familiar».
«La pandemia ha contenido en gran medida este tipo de protestas. Pero se supone que una solución más duradera provendrá de un Plebiscito, que se celebrará el 25 de octubre, sobre si Chile debería desechar su Constitución y redactar una nueva. Los problemas con la Constitución actual comienzan con sus orígenes. Adoptada en 1980, es obra del régimen de Augusto Pinochet, un déspota que gobernó hasta 1990. Aunque reconocía las libertades básicas, un estado de emergencia las suspendió hasta los últimos días».
«La economía ha crecido rápidamente, la pobreza se ha reducido drásticamente y la política se ha mantenido estable. Pero la ira que estalló el año pasado se ha estado acumulando durante más de una década. Los chilenos están furiosos por la atención médica de dos niveles, que sirve a los ricos mejor que a la gente común, sobre la mala calidad de las escuelas públicas y sobre las pensiones de gestión privada, que pagan menos de lo que muchas personas esperaban. Los chilenos culpan en gran medida a la Constitución. Al dar a los ciudadanos la opción de contribuir al sistema de atención médica pública o privada, la Carta dificulta que el Estado establezca un sistema de atención financiado por los contribuyentes como el sistema británico».
«Es probable que cualquier nueva Constitución haga a Chile más socialdemócrata. Los defensores de la nueva carta quieren introducir la idea de ‘igualdad de oportunidades’, que en términos chilenos significa hacer que mejores servicios públicos sean asequibles para todos. Presionarán por la creación de nuevos derechos sociales, como el derecho a la vivienda»