Si algo dejó en claro el apabullante triunfo del APRUEBO, es la vergonzosa sobre representación que tiene la elite en los medios tradicionales. Donde a pesar de ganar con el 80% pareciera que los dirigentes sociales no existen, mientras que el 20% perdedor llena de analistas fascistas los programas de TV y los medios imponen a los mismos columnistas burgueses de siempre a pesar de que llevan décadas equivocándose EN TODO.
En este contexto, los alumnos más aventajados de esta orgía de desinformación son los terroristas neoliberales de Libertad y Desarrollo, quienes como hemos dicho hasta el cansancio: Jamás ha sido un centro de estudio, ya que son voceros de la elite a los que les pagan por mentir y hacer campañas del terror. En una columna para La Tercera, Daniel Matamala les sacó la foto completa.
El estadístico Nate Silver ha demostrado cómo las predicciones de los meteorólogos son mucho más acertadas en promedio que las de los economistas. Pero lo curioso es que esos errores coincidan tan abrumadoramente con los intereses del poder financiero, el mismo que ofrece a esos “técnicos” cómodos sillones en directorios, honorarios por asesorías o informes en juicios arbitrales.
El economista Luigi Zingales ha demostrado cómo la relación con el poder económico condiciona las conclusiones de sus colegas. Por ejemplo, en Estados Unidos, los economistas que son miembros de un directorio empresarial o de una escuela de negocios, son cuatro veces más favorables al pago de altas compensaciones a ejecutivos de las empresas, comparados con los que no pertenecen a ellas. Estos sesgos rara vez son explicitados. En el debate del impuesto a los súper ricos, los medios publicamos las opiniones “técnicas” de tributaristas, sin advertir que muchos de ellos trabajan precisamente para esos millonarios ayudándolos a pagar menos impuestos.
Esto es aun más evidente cuando los “técnicos” son lobistas o miembros de think tanks financiados por los afectados por una legislación. Es el caso de Libertad y Desarrollo (LyD), que interviene en el debate mientras mantiene en secreto a sus financistas. Cada vez que investigaciones levantan ese velo, resulta que LyD defendía los intereses de sus mecenas. BAT Chile, que domina el 94% del mercado de los cigarrillos, financió a LyD mientras el instituto lideraba la batalla contra el proyecto que prohibía fumar en lugares cerrados, diciendo que impone “un estado policial”. LyD también defendió a brazo partido la polémica licitación del litio que fue adjudicada a SQM, y que debió ser anulada por vicios legales. Más tarde se reveló que la empresa de Ponce Lerou pagaba al instituto.
El Consejo de LyD incluye a directores actuales o recientes de los grupos Luksic, Solari, Ponce, Echeverría Izquierdo, Ultramar, Santander, Endesa y Matte, y directores y gerentes de bancos, sanitarias, eléctricas y AFP. Ninguno de esos conflictos de interés se explicita en sus análisis. Claro que el meteorólogo puede equivocarse. Pero es sospechoso que su error siempre sea pronosticar tormenta cuando los días son soleados. Y cuando descubrimos que el meteorólogo tiene acciones en una fábrica de paraguas, la confianza en él se desmorona.