Gracias a los medios independientes y a las redes sociales, las mentiras de los medios tradicionales ya no pasan desapercibidas. La última de ellas es sin duda alguna es la absurda cobertura a Sebastián Sichel, que lo están tratando de meter como candidato presidencial a pesar de no tener ningún mérito, nungún respaldo, ni mucho menos capacidades.
Estamos hablando de un tipo completamente mediocre, un mercenario que sólo ha escalado chupando picos, y un farsante que hasta paga por encuestas falsas que lo ponen como candidato presidencial. Sobre su pasada por el Banco Estado, donde lo hundió en apenas 2 meses ya que despidió a cientos de trabajadores para apitutar a todos sus amigos, Interferencia entrevistó a miembros del sindicato, que lo catalogan sin dudar como la administración más nefasta que hayan tenido. Parte de la entrevista señala:
El día en que Sebastián Sichel renunció a la presidencia del BancoEstado para iniciar una posible candidatura presidencial, Sebastián Sichel estaba preocupado de lanzar una campaña por redes sociales en las que el banco le daba las gracias por su gestión de seis meses. Era también el mismo día en que comenzaba, de manera oficial, el pago del segundo retiro del 10% de las AFP. Y tal como sucedió con el primer retiro, luego de sólo una hora el sistema del banco colapsó y se cayó.
Las largas filas y aglomeraciones en sucursales a lo largo del país eran la postal de un nuevo fiasco para el banco con mayor número de clientes del país. Miles de chilenos esperaban una respuesta a todo sol en muchas ciudades y pueblos. Uno de ellos era Hugo Larrosa, un vendedor de autos en Combarbalá. «Llegué temprano a sacar mi depósito y la fila era muy larga. Más encima funcionaba sólo un cajero automático porque el otro no tenía dinero», afirmó este hombre de 60 años, que estuvo más de dos horas en la cola.
Pero Sichel tenía otras urgencias, que no incluían los clientes de las 14 millones de tarjetas bancarias que ha emitido el banco. Aunque algunos le habían aconsejado hace un par de semanas renunciar una semana antes del retiro del 10%, o bien esperar que este estuviera avanzado, el ex militante DC no quiso. “Los tiempos políticos se adelantaron”, dijo en una conferencia de prensa. La mañana del viernes 18 no apareció por las oficinas centrales de BancoEstado y sólo lo hizo después del mediodía cuando, rodeado de prensa, anunció su pre candidatura presidencial, mientras los sistemas de la institución funcionaban de forma intermitente y las filas en algunas sucursales.
Su mediática salida de la entidad estatal -que ocurrió al mismo tiempo que la Mario Desbordes en el Ministerio de Defensa-, mientras se despreocupó por completo de los millones de clientes, es un buen reflejo de su estilo: mucho marketing para poco producto. O como reza el dicho: mucho ruido y pocas nueces. Lo mismo sucedió en sus dos empleos anteriores en el actual gobierno, cuando encabezó la Corfo y después el Ministerio de Desarrollo Social.
En los escasos seis meses que estuvo al frente del BancoEstado, Sichel probablemente se convirtió en el presidente más conocido en la historia reciente de esa entidad, gracias a su constante presencia en medios de comunicación y grandes anuncios que, la mayoría de las veces, ni siquiera estaban implementados. Muchos trabajadores de la entidad, que emplea a casi 10.000 personas, están aliviados con su salida. “Fue la administración más nefasta que hayamos tenido”, dice el presidente del sindicato único de BancoEstado, Marco Beas.
HUMO Y MENTIRAS
“Hubo un desorden estructural en el banco porque la cabeza de éste estaba más preocupada de su campaña personal y presidencial, que de administrar un banco público con ese nivel de afluencia en medio de una pandemia”, afirma el representante de los empleados. “Convirtió cada idea del banco en una propuesta de campaña, apareciendo ejecutivo y resuelto, cuando en realidad lo único que le importaba era lucirse”.
Lo mismo señala otro trabajador, que por no tener fuero sindical prefiere mantener su nombre en el anonimato. Lleva 20 años en la institución y comenta que Sichel “llegó a BancoEstado y nunca sentimos que él estaba comprometido, es muy mediático”. Y continúa: “Trajo al banco a la gente de comunicaciones que trabajaba con él, puso dos gerentes en un área que no daba para tanto y eso en desmedro de otras áreas que requerían más atención. El venía a hacer campaña”.
Quienes lo conocen señalan que Sichel siempre llegó a BancoEstado con una sola preocupación: potenciar sus aspiraciones presidenciales. Es por ello que aparecía permanentemente en programas de televisión. Algo que a muchos trabajadores del banco no les gustaba para nada. “Del cien por ciento de sus minutos en televisión, él hablaba 95% de él y sólo 5% del banco”, dice Beas. “Y cuando lo hacía, prometía cosas que no se podían cumplir. Puro humo”.
“Ocupaba los medios para dar a conocer supuestos avances o políticas del banco y señalaba que se haría tal o cual cosa y la estructura del banco no sabía, no estaban implementadas las políticas que proponía, no estaban cargadas en el sistema ni mucho menos estábamos enterados los trabajadores. Y no lo hizo una vez, lo hizo muchas. Decía, gran hipotecazo para las familias y se llenaban los bancos al día siguiente. Teníamos que estar viendo los matinales para enterarnos de las políticas del banco. Los productos se preparan y se ratifican, luego se lanzan”, cuenta Beas.
El dirigente sindical agrega que “Sichel entró al banco y su caballito de batalla era agilizar los créditos Fogape, pero resulta que se debía comparar con los volúmenes que el banco podía implementar. A él le pareció que 30.000 fogape era poco y ofreció en los medios 100.000, cuando el banco que más tenía, implementaba 800 o 300. Entonces abrió un gran volumen por la prensa, decían vayan al banco y los trabajadores de pequeñas empresas no tenían cargadas las platas en el sistema ni nada”.
Otro trabajador recuerda: “Ofreció en un matinal que la gente fuera a las cajas vecinas, que se podían girar hasta 200.000 pesos y eso no es verdad, vendía humo. Las cajas vecinas no entregan más de 30.000 pesos, porque no manejan tanto dinero. Entonces les decía, si no quiere hacer fila, métase a banco en línea y pida la renovación de su tarjeta Rut, pero no había forma de cursar tantas solicitudes en línea y las filas se hacían igual. Eso era mentir, es mentirle a la gente”.