A propósito de la inmoral alianza de la derecha con el partido fascista de José Antonio Kast, que convirtió a Chile Vamos en una coalición abiertamente de ultraderecha, autoritaria y antiderechos cuyo único objetivo será aplastar al pueblo para defender a los grandes empresarios, vale la pena recordar las palabras de la canciller alemana Angela Merkel, que siendo de centro derecha, calificó como “inaceptables” las alianzas con la ultraderecha.
Todo parte a principios del 2020, cuando militantes del partido de Angela Merkel en conjunto con los liberales, pactaron con la ultraderecha para que no ganara un socialista en el estado de Turingia. ¿El resultado? Un escándalo sin precedentes, y todo terminó con la renuncia de Thomas Kemmerich un día después de ser electo. ¿Por qué ocurrió esto? Porque en Alemania la centro derecha es democrática y tiene un férreo cordón sanitario sobre el fascismo. Un artículo de Swiss Info detalla:
La canciller alemana, Angela Merkel, consideró un «acto imperdonable» la alianza política inédita entre su partido y la extrema derecha en la región de Turingia, que permitió la elección de un liberal a la presidencia regional y provocó un terremoto político en el país. «Hay que decir que es un acto imperdonable y que por consiguiente el resultado (de estas elecciones) debe ser anulado», dijo Merkel en Pretoria, un día después de que el presidente regional de Turingia fuera elegido gracias al apoyo de la extrema derecha y del propio partido de Merkel.
El miércoles y ante la sorpresa general, el parlamento regional de Turingia (este de Alemania), eligió como jefe del gobierno local a Thomas Kemmerich, un diputado del Partido Democrático-Liberal (FDP), gracias a los votos en «coalición» de los representantes de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), el partido de la canciller, y Alternativa para Alemania (AfD), el principal partido de la extrema derecha.
Es la primera vez en la historia de la posguerra en Alemania que un presidente regional es elegido gracias a los votos de la extrema derecha, y también la primera vez en que la derecha moderada y la ultra votan juntas en este tipo de consulta.
Según los responsables del CDU, los diputados del partido de Merkel, al votar junto a la extrema derecha, «no respetaron las «convicciones fundamentales» del partido demócratacristiano. Es «un mal día para la democracia», dijo Merkel refiriéndose a lo ocurrido en Turingia, que recordó a los alemanes lo ocurrido en los años 30, cuando el partido de Adolf Hitler logró, gracias a alianzas con la derecha tradicional, llegar poco a poco al poder.