La principal pregunta que se tienen que hacer los partidos de centra izquierda es: Si de verdad les interesa ser gobierno, o si sólo quieren tener un candidato presidencial testimonial que no llegará a ninguna parte. Porque si es esto último, en el fondo nada los diferencia de Piñera cuya obsesión y megalomanía terminaron hundiendo el país completo. Recapitulemos cuáles son hasta ahora los candidatos presidenciales de la centro izquierda.
- Daniel Jadue podrá ser un excelente alcalde, podrá estar liderando las encuestas, pero como no genera consenso no tiene margen de crecimiento. Y no lo decimos por ser comunista, porque por ejemplo Camila Vallejo sería mucho mejor candidata, lo es principalmente por su personalidad confrontacional, nula muñeca política y poca tolerancia a la crítica. Venimos saliendo de un presidente que según él jamás cometió error alguno, no podemos tener a otro presidente similar en ese aspecto.
- A Paula Narváez lamentablemente no la conoce nadie y difícilmente tendrá el tiempo suficiente para dar vuelta la situación. Además, ha demostrado que ni siquiera es capaz de agrupar a los parlamentarios de su propio partido.
- Ximena Rincón es más conocida que Narváez pero su carrera política es demasiado zigzagueante para ser tomada en serio.
- Heraldo Muñoz es lo más parecido al agente topo, un señor simpático con miles de historias que contar pero con los mismos defectos de Narváez, no es tan conocido y tampoco tiene un gran liderazgo. En el PPD era mucho mejor candidata Adriana Muñoz.
- Gabriel Boric es el más conocido después de Daniel Jadue, pero claramente aún no tiene la experiencia política suficiente para liderar a toda la centro izquierda.
- A Pamela Jiles no la contamos ya que es de Derecha, es una payasa fascista que con su sola presencia denigra la política, y su único programa político consiste en hacer shows, apitutar a todos sus familiares y vaciar los fondos de pensiones de los chilenos.
En el actual escenario, puede que hasta una inerte barra de carbón le gane a la derecha ya que están en el suelo, pero ante una centro izquierda con tantos candidatos sin vocación de mayoría, es muy posible también un escenario donde Joaquín Lavín sea presidente por descarte. Y si tenemos a otro presidente de derecha luego del Estallido Social y tras el desastre de Piñera, simplemente nos graduaríamos de imbéciles y mereceríamos cerrar por fuera ya que seríamos un ex país. En este contexto, es donde aparece Yasna Provoste.
No existe político que haya capitalizado mejor el hundimiento de la derecha que Yasna Provoste. Desde que asumió la presidencia del Senado le paró los carros a Piñera cuando nadie lo hacía, defendió el trabajo del Congreso y fue capaz de unir a todos los parlamentarios de centro izquierda demostrando un liderazgo que nadie más tiene en el sector. Algunos consideran como algo negativo que sea de la DC, pero en estos momentos es una activo ya que en la centro izquierda no sobra nadie. Además, tal como Camila Vallejo genera más consenso que Daniel Jadue, Yasna Provoste, al ser del ala progresista de la DC, genera mucho más consenso que tipos como Fuad Chahín.
El tema de fondo, como decíamos en un principio, es que si los partidos y el resto de los candidatos están dispuestos a hacer los gestos necesarios por el bien de Chile. La primera que lo tiene que hacer es Ximena Rincón, quien tiene que aceptar que ni siquiera es la mejor candidata de su partido, y demostrar la grandeza suficiente para reconocerlo y bajarse de la presidencial. Lo mismo Narváez, Jadue, Muñoz y Boric. Una cosa es apoyar a un candidato presidencial después de una primaria, otra cosa muy diferente es bajarse voluntariamente para empoderarlo. Por supuesto que entre medio tendrán que haber negociaciones, pero estos gestos son los que faltan para fortalecer la Democracia y que la gente vuelva a creer en la política.
Olvídense de que el próximo gobierno será revolucionario y hará reformas estructurales, Piñera y la derecha destrozaron el país a todos los niveles y vamos a tener que levantarlo de nuevo. Por lo tanto, Chile necesita un gobierno moderado para recomponer las confianzas. Lo que si se necesita con urgencia son un par de leyes que mejore de manera inmediata la calidad de vida de los chilenos. Alza del sueldo mínimo, mejorar las pensiones, reducir la jornada laboral a 40 horas (proyecto de Camila Vallejo), cosas tangibles para que las personas vean que su vida mejora. Y para que lo anterior ocurra necesitamos un liderazgo fuerte pero a la vez conciliador y humano. Justamente, lo que ofrece la actual presidenta del senado Yasna Provoste.