Nuestro carismático medio nació con la intención de ocupar el espacio de The Clinic. Esto es, entregar noticias con humor e ironía, ya que encontrábamos que no eran tan graciosos como se podía ser. (Obviamente lo logramos con creces). Con el tiempo fuimos creciendo y luego del Estallido Social nos convertimos en uno de los medios de información más leídos y reconocidos del país.
Todo hubiera seguido como siempre si no fuera por las elecciones que vienen y el contexto político en el que nos encontramos, que marcarán el destino de Chile por los próximos 30 años. Entonces, enfrentados ante semejante tránsito histórico, nos vimos en la obligación de dar un paso al frente. Como dijo el destacado filósofo kantiano Benjamin Parker: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
Si, los partidos políticos nos han cagado muchas veces, y son responsables directos de que la gente les tenga tirria ya que por décadas le han dado la espalda al pueblo. Pero sin ellos simplemente no hay Democracia. Además, sirven para identificar la ideología de sus militantes y el proyecto de país que quieren.
Sobre el sistema de representación, es evidente que no es perfecto, pero es por lejos el mejor sistema de gobierno que tenemos. Pongamos un ejemplo, los que dicen “El Pueblo Unido Avanza sin Partido”. ¿Qué alternativa de gobierno ofrecen? Estamos hablando de una forma de gobierno en la que todos estemos de acuerdo y que mejore de manera inmediata la calidad de vida de las personas. No lo tienen porque no existe.
Otro ejemplo son los del “Yo No Voto Me Organizo”. No votan y no son capaces de organizar nada. No, sembrar un par de tomates orgánicos con tus amigos no cuenta, estamos hablando de lograr que lo hagan todos. La realidad que ignora la izquierda purista con vocación de minoría, es que la gran mayoría de la gente no quiere convertirse en la Unión Soviética ni acabar con los malls, lo único que quieren es poder vivir con dignidad, no tener que andar juntando las monedas para llegar a fin de mes, que sus hijos tengan una educación decente y que si se enferman no tengan que andar haciendo completadas.
Considerando todo lo anterior, el cambio editorial que tuvimos como medio de información es sencillo de explicar: Decidimos utilizar nuestro poder e influencia para algo mucho más grande que generar visitas, clics y likes, decidimos utilizar nuestro medio para INTENTAR SALVAR LA DEMOCRACIA.
No sólo estamos hablando de política, estamos hablando educar y culturizar a la sociedad para que no sucumba ante la ignorancia. Por eso es que destrozamos a Gino Lorenzini y su estafa de Felices y Forrados, por eso es que nos hemos apegamos a la evidencia científica durante toda la pandemia, por eso es que somos especialmente duros con la conspiranoia y los discursos antivacunas. Una sociedad ignorante es mucho más fácil de manipular, y los medios se tienen que hacer responsables de lo que publican.
Sobre nuestro publicitado respaldo a Yasna Provoste como candidata presidencial, (llegamos a ser primera tendencia nacional en twitter), es parte de lo mismo. Vimos que la centro izquierda estaba totalmente perdida a pesar de tener a la derecha en el suelo, y les mostramos antes que todos que tenían una carta ganadora bajo la manga. (Al punto que en apenas una semana ya supera a todos en su sector).
Esto no debería haber causado tanta polémica considerando que los grandes medios de Estados Unidos constantemente respaldan a los candidatos presidenciales, pasa en Chile no estamos acostumbrados a la transparencia y nadie se sale de la caja. Bueno, nosotros decidimos patear el tablero.
Por supuesto que esto no significa que estemos firmando un cheque en blanco. La clase política tiene que entender que tras el Estallido Social no van a poder seguir gobernando como lo hicieron antes, y la centro izquierda va a tener que gobernar de cara al pueblo y defendiendo los intereses de la Clase Trabajadora.
Por nuestra parte, la obligación del periodismo es cuestionar al poder, pero la obligación de los medios también es buscar mejorar la sociedad. En este caso, declarándole la guerra a la irresponsabilidad, a los extremos y el populismo. Si no lo logramos, al menos tendremos la conciencia tranquila de que hicimos todo lo posible. Pero si lo logramos, habremos modificado el destino del país por los próximos 30 años… Nada mal para un “simple pasquín”